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Voto de Grandine:
9
8.9
140,158
Drama
Continuación de la historia de los Corleone por medio de dos historias paralelas: la elección de Michael como jefe de los negocios familiares y los orígenes del patriarca, Don Vito Corleone, primero en su Sicilia natal y posteriormente en Estados Unidos, donde, empezando desde abajo, llegó a ser un poderosísimo jefe de la mafia de Nueva York. (FILMAFFINITY)
13 de diciembre de 2007
53 de 75 usuarios han encontrado esta crítica útil
Y allí estaba, acomodado en su butaca, atravesando con su fría e implacable mirada a cualquiera que estuviese cerca, atravesándonos a nosotros, mientras su rostro, impertérrito, cortaba el más mínimo atisbo de contacto que pudieran querer tomar. Y así pasaron los días, uno tras otro, mientras los ojos de sus seres más cercanos se apiñaban entorno a él y visulmbraban admiración, apego, emoción, respeto y multitud de virtudes más que sólo podrían ser destacadas en muy pocos hombres... hasta que un día todo se marchó, el sentimiento se desestabilizó, la cuerda se tensó y la relación se rompió, en cambio, su tez seguía impávida, como el primer día, como desde el primer aliento a partir del cual comprendió que su lugar era importante, vital, trascendente. Y siguieron pasando los días, la desolación llegaba, la tristeza se apoderaba del más mínimo recóndito salón de aquel lugar, en cualquier instante y sus facciones se mantenían duras, impasibles, pero hasta lo más duro se resquebraja, y llegó el momento, sus ojos amanecieron cristalinos y su memoria retrocedió hasta aquel preciso instante, el instante que le hablaba sobre sus errores, le acometía en todos aquellos fallos que había ido apiñando tras una y otra decisión erronea, y nos mostraba esa cara de la moneda que esperabamos, que ansiábamos, porque sabíamos que no era tal la contundencia ni el empeine, que tras todo aquel monumento construido a base de vivencias y momentos rotos, también se encontraba un ser con sus debilidades, capaz de reconocer porque en los labios de sus semejantes ya no se dibujaba una sonrisa, y capaz, también, de retroceder, de recordar con el objetivo de desvelarse a sí mismo, que durante todo aquel tiempo, no era quien había creido ser, que sólo era uno más, uno más en la mesa de la cocina, uno más en el inmenso caserón, uno más en la apagada ciudad, y así lo capturó su rostro, desgastado y casi al borde del arrepentimiento, sin apenas mover un músculo...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
y revolviendo en su memoria, volvió a aquel pequeño barrio de New York, a Little Italy, a aquel lugar donde su padre había luchado y había superado la adversidad por alcanzar un escalón más alto, por poder llevar a su casa un pedazo de ilusión y todo lo necesario para persistir en aquel ambiente viciado y gobernado por unos pocos, por sacar a su menuda y cálida familia de aquel lugar, y ofrecerles algo mejor, sobreponiéndose a todos los golpes que el destino había marcado en su escueta trayectoria y escalando con humildad, perseverancia, esfuerzo, inteligencia y un buen manojo de cualidades que harían de aquel tipo toda una figura, una figura admirada y respetada, una figura que sabía qué decisiones tomar, como hacerlo y como manejar los hilos a su alrededor, compartiendo toda la felicidad que aquel terreno que había estado cultivando, y sobre el que había vertido sudor y sangre, le había reportado, y comprendiendo que, ante cualquier tipo de treta o negocio, lo más importante eran los seres que le rodeaban, porque le alimentaban con sus sensaciones y sus sentimientos, y porque le hacían mantenerse vivaz, entero y fuerte, logrando que el coloso que había sido días atrás, durante sus mejores años de vigor, no quedase en el olvido, no se marchitase como una simple flor cuyo periplo termina, y fue gracias a ello, gracias a todos esos recuerdos, cuando el pequeño de los Corleone comprendió donde se hallaba su fallo, y con la mirada ya temblorosa y desviada, no pudo más que bajar ligeramente su mentón, apesadumbrado, y comprender que nuevas eras llegarían.