• …quedar en el olvido, ante la aberración de haberse filmado.
• …comprar sus derechos (Luis Miguel o Lucero) para evitar su proyección a toda costa y evitar recordar las genialidades de este tiempo.
• …haberse calcinado hace unos años, donde se perdieron programas importados incomparables con este bodrio.
• …pasar por inadvertidas, la década de los 80’s en nuestro país es la decadencia de una época de oro… entre temas ñoños producidos por Televisa y las ficheras (género burdo y zafio por excelencia) la industria quedó fuertemente estigmatizada.

Es indiscutible que cuando un grupo o cantante en solitario se encuentra en ascenso a la cúspide del éxito, o se encuentran disfrutando de las llamadas mieles de la fama, los productores y representantes se encargan de estrategias para mantener vigente a sus representados. El cine de alguna forma siempre ha servido a las estrellas del pop y la balada, para encontrar en ese público admirador una cercanía con sus cantantes que perdure en el tiempo.

Para 1980 las pantallas de nuestro país se vieron abrumadas de este tipo de productos, donde los cantantes asumían los roles protagónicos narrando sus vidas, desarrollando papeles acordes a su personalidad o ubicándolos en proyectos caracterizados por aventura irrelevante. Es así como Luis Miguel y Lucero los cantantes que el monopolio imponía son pensados para estelarizar “Fiebre de Amor”, pésima en todos aspectos y ni las canciones melosas o el intento de aventura le han hecho acreedora a una categoría superior. Simplemente vergonzosa.

El fenómeno sigue hasta nuestros días, recordemos la incursión de Britney Spears donde supongo tampoco existe cabida a un mínimo de calidad. Omitamos los musicales con guionistas descerebrados.

Una década que va restándole puntos a nuestro país en los valores de FA.