Sábado 19 de febrero, 3:20 pm. Cinépolis Diana. El secreto a voces se vuelve algo documentado, filmado por dos abogados convencidos de la inocencia de su cliente, a quien la desfortuna le acompañó en el lugar y momento menos esperado y que lo condujo al encierro por más de dos años en el Reclusorio Oriente de la Ciudad de México. Acusación por homicidio, desinterés del juez, representante del ministerio público incapaz y mediocre, policías judiciales sin escrúpulos, testigos cínicos son los tantos elementos que tratarán de inculpar a Toño y sentenciarlo de un momento a otro a 20 años de prisión.

Con tales agravantes ¿se puede negar el privilegiado lugar por corrupción y violación de derechos humanos que México ocupa a nivel internacional?

Desafortunadamente es algo real que sucede todos los días. Hoy esta película se encarga de poner una vez más al descubierto la mala implementación de la justicia; calabozos llenos de impunidad e ignorancia, donde absolutamente todos son protagonistas y responsables de la putrefacción del sistema judicial. Acusaciones por encargo, careos repletos de contradicciones y obstinación por señalar sin conocer a fondo el caso. “Presunto Culpable” es la denuncia de hechos atroces que destruyen la credibilidad del poder judicial, proyectos de vida, familias enteras y sobre todo incentivan la desconfianza en la población en sus instituciones.

¿Por qué avergonzarnos de la opinión acerca de la corrupción en México y puntualmente ganada por países de primer mundo?

Exactamente por hechos como el presentado, donde las labores en puestos de jueces y en la mayoría de las ocasiones hasta de los abogados el fin es cumplir sin importar la calidad del trabajo desempeñado (sin interés y apego), con miras al cumplimiento de un horario, tal cual lo menciona la vergonzosa representante del ministerio público. Es penoso y preocupante que gente así continúe ejerciendo en los juzgados de los Reclusorios de este país.

Presunto Culpable es un trabajo enfático acerca de los atropellos cometidos en contra de quienes son detenidos, encerrados y juzgados sin oficios que lo avalen. Muestra los rostros de la impunidad y no se detiene ante posibles represalias. Abogados como los que realizan esta defensa, son pocos que buscaron la manera de sacar a su cliente de la cárcel y que con cámara en mano han llegado a los medios masivos para balconear que sucede en los juicios.

Los valores éticos continúan en gente que todavía cree en su profesión y que no han sucumbido ante los beneficios de la corrupción.