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Argentina Argentina · Buenos Aires
Voto de Giskdan:
2
Comedia. Terror Gregory Trudor, un niño pequeño, es testigo del brutal asesinato de su ídolo, el vendedor ambulante de helados del barrio y, debido a la conmoción, es internado en un centro psiquiátrico. 20 años después, Gregory decide abrir su propio negocio de helados, pero su locura pronto lo llevará cometer todo tipo de atrocidades... (FILMAFFINITY)
16 de mayo de 2015
13 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desde Albacete, ya de pequeñín, los periodistas le preguntaban cuál era su sueño, y el semicalvo niño respondía a la cámara: "Mi sueño es ganar un mundial... y mi segundo sueño es ser estrella de películas de terror".

Mucho antes de debutar en el fútbol profesional y más antes aún de obtener la estrella tan ansiada por sus compatriotas en Sudáfrica, el cerebro del Barcelona intentó forjarse una carrera en el cine clase B, haciéndose pasar por el hermano menor del director de A Beautiful Mind.

Quien le diera la oportunidad fue el prolífico director Paul Norman, quién según IMDB "ha dirigido más de 100 films, siendo Ice Cream Man el único que no fue pornográfico". Era un seudónimo; el antiguo nombre de este as de la cinematografía era Norman Apstein.

En el film seguimos a Gregory, un pobre niño que queda traumado por presenciar el asesinato del vendedor de helados de su barrio y que, luego de pasar largos años internado en un hospital psiquiátrico, se vuelve adulto para convertirse en una casual copia de Billy Kincaid, el heladero asesino de niños del cómic "Spawn".

Con un presupuesto de 2 palos verdes, la película fue un fracaso incomprendido, pero adquirió en EEUU un estatus de film de culto por su condición de comedia involuntaria. A mí no me hace reír mucho porque desde que la vi, cada vez que concurro a una heladería, siento la compulsión de empezar a hurgar con la cucharita de plástico en el dulce de leche y la crema de pistacho, para asegurarme de que no tenga globos oculares entre sus ingredientes.

Andrés volvería intentarlo interpretando a el otorgador de fianzas de Pamela Anderson en Barb Wire (1996). Al parecer, un accidente explosivo con una de las siliconas de la rubia hizo cambiar de opinión a Iniesta, quién decidió volcarse al mundo del balonpié, para alegría de los amantes del deporte.
Giskdan
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