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Antigua y Barbuda Antigua y Barbuda · Una criatura
Voto de Herr Jasper:
8
Western En Texas, dos años antes de estallar la Guerra Civil Americana, King Schultz (Christoph Waltz), un cazarrecompensas alemán que sigue la pista a unos asesinos para cobrar por sus cabezas, le promete al esclavo negro Django (Jamie Foxx) dejarlo en libertad si le ayuda a atraparlos. Él acepta, pues luego quiere ir a buscar a su esposa Broomhilda (Kerry Washington), esclava en una plantación del terrateniente Calvin Candie (Leonardo DiCaprio). (FILMAFFINITY) [+]
10 de enero de 2013
91 de 123 usuarios han encontrado esta crítica útil
Verán ustedes. Yo vivo en un país bajo la dictadura de lo políticamente correcto. Donde la gente no se atreve a llamar negro a un negro (no se tienen que ir muy lejos, lean la sinopsis en esta página) y donde hay una multitud tan estúpida como sedienta de sangre esperando a que cualquiera se atreva a hablar con naturalidad para calificarlo de fascista.

En el país donde vivo, a los señores de raza árabe les llamamos moros, que es un término con ciertas connotaciones despectivas, que al igual que "nigger", es susceptible de levantar ampollas. También hay dos bandos profundamente idiotas que llevan peleándose desde tiempos inmemoriales: los rojos y los fachas. Lo políticamente correcto es hacer películas donde los buenos sean los rojos, y los malos, los fachas, que es lo que se lleva haciendo toda la vida en mi país. Lo más cerca que he estado de ver una película decente sobre el tema fue hace poco de la mano de Alex de la Iglesia, y la historia iba de payasos. Y al único que he escuchado nombrar a los moros ha sido a Torrente.

Síntesis de la crítica: Django Desencadenado es, además de un películón, una experiencia estimulante por su incorrección política y sobre todo, porque no pretende dejar a todos contentos. No es buenista. Y me gusta. Es una peli sólo descerebrada, pero sólo en apariencia, al igual que Malditos Bastardos, otra magnífica cinta sobre el mayor conflicto de la historia de la Humanidad tratada con la misma irreverencia.

También es un spaguetti-western excesivo filmado con pasión y garra; una película como la copa de un pino, con una historia espectacular y unos PERSONAJES memorables al más puro estilo de Tarantino. Y mejor que su predecesora, por lo menos para un servidor. Porque aqui los personajes me han CALADO.

Insisto, no es una peli para todos los públicos, que es otra cosa que me encanta. Este tipo de películas sólo son disfrutables cuando se tiene un cierto bagaje cultural, requieren cierto grado de no-ignorancia por parte del espectador (creo que esta frase la he dicho ya en unas cuanta críticas). Se disfruta de verdad cuando uno es capaz de distinguir entre realidad y ficción, y también de ver más allá del "fuck 'ya nigger". También cuando uno es capaz de aceptar su pasado, y el del país en el que ha nacido. ¿Se ve ahora el por qué del prólogo?

Un idiota puede salir flipando de ver Malditos Bastardos por el hecho de que tiroteen a Hitler, por supuesto. Si es con eso con lo que se queda, dejen que viva en paz. Otro tanto con ciertas escenas de esta peli. Yo, por contra, les propongo que se queden con la que Schultz enseña a Django a leer. Y en las consecuencias que ese momento traerá en la historia. Extrapólenlo a la vida real y comprenderán lo que quiero decir en esta insufrible e interminable reflexión. Inteligencia. Libertad. Morid, borregos. Etc.

¡Ah! Se me olvidaba. En mi país también hay traidores y descastados, como el personaje de Samuel L. Jackson. Están sentados en grandes despachos, en juzgados, o conducen coches de policía. Todo a lo que aspiran es a contentar al señorito de turno con su trabajo, hace mucho que vendieron su alma al diablo y viven permanentemente enrocados en sí mismos por miedo a perder lo que se ganaron vaya usted a saber cómo o gracias a quién. La verdad es que en el cine -español- no se habla de ellos, pero les veo a diario, tanto en la televisión como por la calle. Me dan tanto asco como Stephen. Y verlo retratado de esta manera me infunde cierta esperanza de que, en el futuro, alguien con pelotas cuente la historia de aquellos idiotas que traicionaron a su gente por un plato de comida y unas palmaditas en la espalda.

Por cierto, que Quentin y Di Caprio se hayan quedado fuera de los Oscars es de traca.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Herr Jasper
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