No sé que puede ver nadie en una película tan espantosa como esta. Es mala, y punto. Jim Carrey interpreta a Ozil obsesionado con la meditación y Milos Forman tiene dos oscar en casa porque pasaba por ahí.
A los que hablan de la profundidad del mensaje de la historia y de todas esas cosas les recomiendo que se pasen a medir la profundidad del Pozo de Kola, al ladito de Murmansk. El método es bien sencillo: tirarse.
Tan emocionante como un pedo bajo el agua. Blob, blob.
spoiler:
Estaba cantado, y para más inri, échale un vistazo a la fecha.
Le doy un 9 con todas las de la ley. Una de esas historias sencillas en apariencia pero que apelan a determinados sentimientos en el espectador. Ahí está su gran virtud.
Tony Clifton es uno de mis personajes favoritos de todos los tiempos. No hay más que decir del tema, en todo caso, me remito a su escena de presentación.
He leído por ahí que la historia no se atreve a perforar todo lo que debiera en el personaje de Andy Kauffman, del que yo no sabía nada antes de ver Man on the Moon. Cuestión de enfoque, creo, y personalmente creo que el enfoque de Forman está muy bien elegido y ejecutado. Insisto, apela de forma muy íntima a ciertas emociones en el espectador, y a través de una narración aparentemente sencilla, lo que le confiere el doble de mérito. Milos Forman te convertirte en Andy Kauffman, te hace ver la historia desde su perversa y desquiciada mente... y tú casi ni te has dado cuenta.
La gente discute sobre el final... en fin, para mí todo está muy claro. Kauffman está muerto y el final es... pues eso, el final que tenía que ser. Por supuesto que lo deja caer cuando dice aquello de que ya sólo le queda fingir su propia muerte. Pero mejor no tomártelo al pie de la letra. No importa. Lo que importa es ver ahí a Tony Clifton...
...y la cara que se te queda a tí al verlo. Así que hazme caso. En vez de quedarte sentado al final tratando de discernir qué era lo que estaba pasando realmente en esa actuación, levántate y mírate la cara en un espejo. Y entonces, lo comprenderás.
Si eres de los que lo vieron así, entonces te gustó tanto como a mí.