Con guión de los prolíficos artesanos de las mejores comedias americanas Everett Freeman, Moss Hart y George S. Kaufman y dirigida por William Keighley quien ese mismo año se pone tras la cámara para dirigir a Bette Davis, Monty Woolley y Ann Sheridan en “El hombre que vino a cenar” (1942), otra de sus geniales creaciones, el título que nos ocupa es una verdadera obra de arte. En el reparto sobresalen nombres como Jack Benny, Charles Coburn, Hattie McDaniel y Lee Patrick, entre otros. El director de fotografía no es otro que Ernest Jacob Haller, nominado al Oscar en siete ocasiones, siendo la primera de las mismas por “Jezabel” (1938) con Bette Davis a la cabeza del reparto.

El argumento nos sitúa en torno a Bill (Jack Benny) y Connie (Ann Sheridan), una pareja de Nueva York que debe abandonar su pequeño apartamento. Sin el conocimiento de Bill, Connie compra una granja en Pennsylvania donde se supone que George Washington durmió durante la Revolución Americana. O eso le ha comentado el agente inmobiliario…

Desternillante comedia basada en la obra teatral del prolífico Moos Hart, cuyo humor reside en las situaciones y conflictos que se generan narrativamente entre el matrimonio mientras intentan restaurar la granja "de los horrores de obra". Destacar también que su director fue en sus comienzos actor de teatro y dirige, además el círculo teatral de Broadway durante más de dos décadas.

Es una comedia que quizás en la actualidad no es de las más conocidas fuera de los círculos más cinéfilos, pero que ha de ser muy tenida en cuenta por todo buen amante del cine que se precie y que se cuenta entre los mejores títulos del cine americano.

Hay que verla. Imprescindible.

Lo Mejor: el vestuario del australiano Orry-Kelly, jefe de vestuario de Warner Bros. entonces, que es quien puso a Humphrey Bogart en sus icónicos gabardina y sombrero fedora para "El Halcón Maltés" (1941). Maravilloso.
Lo Peor: su escasa duración nos sabe a poco.