Magnifica, tremebunda y divertidísima puesta al día del cuento de Caperucita Roja, narrada en clave de comedia macabra, que por derecho propio se ha ganado el calificativo de indiscutible obra de culto.
Dirigida por un primerizo Matthew Bright, que después de esta joyita, no ha rodado nada potable, (Frreway 2, tiene su punto, pero no llega ni de lejos a los niveles de esta que nos ocupa), cuenta con una Reese Witherspoon, en estado de gracia, alejada por completo de los edulcorados papeles que la han encumbrado a movie star y un grotesco Kiefer Sutherland, que en este papel de malvado psicópata esta que se sale.
Absolutamente recomendable.