Esta película tiene todos los ingredientes necesarios para el disfrute de los aficionados al cine de prisiones, sección fugas: buen actor, (Brian Cox), en el papel de preso veterano que al recibir carta, (tras 14 años escribiéndola, sin recibir respuesta), comunicándole que su hija está muy enferma, debido a lo cual decide fugarse para verla antes de que muera, cerebro conocedor de la arquitectura de la prisión, novato violado en la ducha, musculoso descerebrado con buen fondo, (Joseph Fiennes), capo responsable del comercio de droga, respetado y temido por presos y boqueras, (un Damian Lewis, más que chirriante en este papel) y alguno más que cumple con los cánones del genero.
Pues bien, a pesar de tener todos los ingredientes para hacer una, al menos entretenida película de género, el resultado es una bazofia elevada a la máxima expresión, en la que el cometido del director, no ha sido otro, que hacerla incomprensible, aburrida, farragosa y risible, a base de marearnos con incontables flashback, (e innecesarios, ya que lo poco salvable que hubiera podido tener este film, hubiera lucido en una narración lineal), personajes de los cuales no se nos explica absolutamente nada, (motivo de su estancia en el hotel rejas, tiempo de condena, motivaciones para la fuga…etc.) y un guion absurdo, deslavazado e incoherente. Con todo el dolor de mi corazón, como degustador de este tipo de películas y admirador de Brian Cox, lamento decir que esta película es un gran castañazo. Prescindible.