Basada en un libro escrito en 2005 por Anna Mieszwoska, "La madre de los niños del Holocausto", estamos ante una historia de coraje y bonhomía que arranca en la Polonia ocupada, concretamente en el ghetto de Varsovia en 1941, mostrándonos a Irene Sendler (Anna Paquin), una muchacha polaca que vive con su madre (Marcia Gay Harden), trabaja como asistente social tomando riesgos para intentar ayudar a mejorar las inhumanas condiciones de vida de los habitantes del ghetto, sintiéndose hasta cierto punto frustrada por sentir que no hace lo suficiente y tras sentirse superada ante el sufrimiento de los niños, dedicarse en cuerpo y alma a tratar de sacar del ghetto a todos los que pueda aun a riesgo de jugarse la vida.

Tras esta presentación, nos cuenta su lucha contra viento y marea para, primero poner en marcha una organización fiable de gente de confianza que la ayude en su propósito y luego el desempeño de tan peligrosa tarea, todo ello sobre el fondo de la progresión de los acontecimientos históricos (entrada de EEUU en la contienda, construcción de los campos de exterminio de Auschwitz y Treblinka y finalidad de los mismos) como noticias a modo de radio macuto que sirven como acicate a los indecisos en poner sus hijos en otras manos.

Sin ningún lugar a dudas Anna Paquin es la estrella de la función, realizando un gran y creíble trabajo, que si bien es cierto que dado las particularidades de su personaje es imposible no enamorarse de ella prácticamente desde su primera aparición, se la nota involucrada con este y dando lo mejor de sí (o al menos así me lo parece) y a pesar de ser una producción de CBS para televisión, está muy bien ambientada y más que digna en todos apartados técnicos, buena dirección y trabajo del resto del casting.

Al final del metraje podemos ver a la autentica Irene Sendler en un breve parlamento que tras lo visto te encoge el corazón (al igual que en muchas fases de la película) y se nos cuenta como 4 estudiantes de Kansas descubrieron y dieron a conocer al mundo la historia 50 años después y el reconocimiento que tuvo en sus últimos años de vida, antes de su muerte en mayo de 2008.

En resumen, buena película y sobrecogedor documento histórico que por aquello del método usado por Irene para llevar el registro de los niños que ayudaba a salvar (2.500) para que en al acabar la guerra pudieran reunirse con los familiares que hubieran sobrevivido a esta, también se hubiera podido titular "El tarro de cristal de Irene Sendler".