A través de una trama filmada en clave de comedia dramática y narrada con la voz en off de Troy Gable (Colin Hanks), un soñador estudiante de derecho que al no sentirse realizado deja los estudios y entra a trabajar como ayudante de Buck Howard, conocido en en mundo del show business como “The Great Buck Howard” (John Malkovich), estamos ante un cálido, sentido y respetuoso homenaje al show business y a las personas encargadas de que la función no decaiga y que la fiesta continúe.
La estrella absoluta de la función es un magnifico John Malkovich que dota a su personaje de una humanidad totalmente creíble, al cual le sirve de apoyo para desarrollar su personaje, un correcto Colin Hanks y en menor grado una guapa y desenvuelta Emily Blunt en el papel de la eventual jefa de prensa del “Gran Buck” que tiene un affaire con Troy.
Por lo demás, reseñar la abundante aparición en breves cameos de reconocidos actores de Hollywood (unos más que otros), entre lo que citare a Tom Hanks que tiene 2 o 3 escenas de apenas 30 segundos como el padre de Troy, Steve Zahn en el papel de pintoresco anfitrión del mago a su paso por Cincinnati y Griffin Dunne y Tom Arnold en brevísimas apariciones.
El por qué, a mi juicio, trasciende de pasable comedia dramática a cálido homenaje al mundo del show bussiness, reside en la abundante nomina de cameos a cargo de longevos y reconocidos integrantes de ese mundo (aquí sí que sería farragoso mencionarlos a todos) y en el último tramo de la historia.