¿Por qué será que tantos thrillers o películas de terror adolescentes de los 90 tienen la misma puesta en escena, la misma fotografía y el mismo aspecto en general?
Vale, quizás Juegos salvajes no sea realmente para adolescentes por su altísimo contenido sexual y cierta violencia, pero sin duda se vendió como tal en su momento, sobre todo por la presencia de la entonces muy popular Neve Campbell y la entonces ascendente Denise Richards, por no mencionar que Matt Dillon estrenó ese mismo año Algo pasa con Mary. Pero sí que tiene ese aire noventero inconfundible y ese tono calentorro de thriller erótico a lo Adrian Lyne, pero sin ser Adrian Lyne, por supuesto.
Con todo, tiene su cierta gracia y hay que reconocer que sus protagonistas hacen un trabajo mejor de lo esperado, sobre todo una Campbell que se nota que está disfrutando con su retorcido personaje. La película, al final, es una historia más de venganzas, pasiones y engaños acerca de cómo a los seres humanos, parásitos nosotros, nos gusta aprovecharnos de otros más débiles y sacarles todo lo que podamos, pero pasada, como decimos, por un tamiz de lo más sexy y explícito.
El poder de los 90, amigos. No es buena, pero tiene algo como para, por lo menos, pasar un rato entretenido viéndola.