Feel Good es una agradable sorpresa.
A pesar del incremento muy notable de la presencia de la homosexualidad femenina en películas y series, aún es algo bastante silenciado y, hasta cierto punto, poco habitual, así que es una especie de regalo del cielo encontrar una serie como esta, que pone el dedo en la llaga en asuntos bastante comunes en relaciones entre mujeres, como puede ser el hecho de que una de las dos sea bisexual y nunca antes haya estado con otra mujer. Este es uno de los temas a los que ha de enfrentarse la protagonista, llamada también Mae, como Mae Martin, la actriz y comediante que la interpreta. La serie está basada en sus propias experiencias, tanto sentimentales como de ex-adicta a las drogas, y lo cierto es que Martin tiene una naturalidad ante la cámara que es apabullante y hace muy simpática y cercana a su personaje. Eso es sin duda lo mejor de la propuesta, el realismo con el que trata los conflictos y problemas en la relación entre Mae y George (una estupenda Charlotte Ritchie). Y cómo sorprende ver ya a Lisa Kudrow en papeles de madre y con tramas de mujer madura, pero claro, es que es lo que es... han pasado ya muchos años desde Friends.
Por supuesto, la serie tampoco es una obra maestra. Le falta ser más divertida, sin duda, y quizás tiene hasta demasiados pocos capítulos y la historia hubiera necesitado de un mayor desarrollo, quizás durante 8 episodios en vez de 6, pero sin duda es recomendable y, sobre todo, honesta, valiente y muy realista.

Lo mejor: Su verdad y naturalidad, y la interpretación de las dos protagonistas.
Lo peor: Le falta humor y algo más de desarrollo.