Película italiana de aventuras que, en realidad, no es más que un western europeo, en este caso un spaghetti western, dado que es enteramente de ese país.

Se ve bien, sin problemas, pero es escasa y repetitiva, por más que, hay que reconocerlo, no aburra.

Se pasa el tiempo pero podría haber estado mejor dado que el argumento daba para más. El guion es de George Eastman, actor de varios westerns europeos que ya por aquél entonces comenzaba su otra carrera de guionista, esta vez adaptando una historia original (aunque bebiendo de otros filmes de parecido pelo) del propio realiador y de Claudio Bernabei.

Marchosa banda sonora de un habitual del género: Carlo Rustichelli.

La cinta tiene el aliciente, además, de los bellísimos paisajes nevados donde están rodadas las escenas exteriores, que con la buena fotografía a todo color a cargo del propio realizador, dan lustre al conjunto.

La pena es que es muy irregular, va dando tumbos cuando parecía ir en dirección correcta y segura y el ritmo es muy desigual.

En fin, que puede pasar, pero podría haber llegado más lejos y no conformarse con ser, casi, del montón.

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