La mayoría de las películas de Daniel Mann fueron adaptaciones de teatro (Come Back Little Sheba, Rose Tattoo, Teahouse of August Moon) y de literatura (Butterfield 8, Last Angry Man).
En mi opinión, ninguna de sus adaptaciones resulta conmovedora. A pesar de contar en dichas producciones con personalidades como las de Ana Magnani, Marlon Brando, Burt Lancaster o la propia Elisabeth Taylor. Este film parece un encargo para el lucimiento de una Elisabeth Taylor denostada en aquel momento, por la puritana sociedad americana. Eran los años en que la actriz le robó el marido a la "novia" de Norteamérica, Debbie Reynolds. El producto no deja de ser un drama correcto, pero sin mayor trascendencia. El actor principal Laurence Harvey, interpreta con académica solidez británica, el papel de un acomodado pero infeliz industrial millonario. Un hombre que sólo encuentra sentido a su banal existencia, cuando conoce a la "modelo de lujo" Butterfield 8. Papel interpretado a regañadientes por la actriz de nacionalidad anglosajona.
Lo mejor de la historia son las dos impagables Mildred Dunnock y Betty Field, ambas en papeles secundarios. El resto puede pasar sin pena ni gloria. En las múltiples biografías de Elisabeth Taylor, se menciona que ella detestó este papel desde un principio. Inexplicablemente y contra todo pronóstico ganó un oscar. Lamentablemnte Shirley Maclaine estaba nominada el mismo año por la sublime película de Billy Wilder "el apartamento". Injusticías inexplicables de la Academia.
Eddie fischer -por aquel entonces-marido de la acriz. interpreta en el film, el mejor amigo de Butterfield 8. Papel que pudo realizar gracias a las influencias de su esposa. Cabe mencionar que la siguiente interpretación de Taylor sería la magistral Cleopatra de Mankiewcz. Empezaba el declive de los estudios de Hollywood.
En definitiva, una película para el disfrute de los fans de la estrella. La actriz de ojos violeta nos ofreció seis grandes interpretaciones a lo largo de cincuenta años de carrera: "Un lugar en el sol", "Gigante", "La gata sobre el tejado de Cinc caliente", "De repente el último verano", "Cleopatra" y "Quién teme a Virginia Woolf". A pesar de su enorme popularidad, jamás consiguió estar a la altura de Ingrid Bergman, Bette Davis, Katherine Hepburn o Audrey Hepburn. Posiblemente se deba a que la actiz se declinó más por el estrellato, que por la calidad de sus trabajos. Fue estrella, antes que actriz. Su personaje mediático eclipsó sin duda alguna a la artista.