Puede ser una de las películas que mejor expone sobre la pantalla el sentimiento de Rabia.
John Mitchell rememora las viejas películas con la que seguramente descubrió su amor al cine, o las actuaciones, la mirada de Norma Desmond, esa que le hizo vibrar, y que él aqui 50 años más tarde intenta plasmar a través de gestos, miradas, canciones y hasta maquillaje.
Una película totalmente inclasificable, a ratos perdida, a ratos mágica, a ratos estremecedora, pero desde luego es una historia que no deja indiferente. Una historia en la que si uno es capaz de mimetizar, más allá de la purpurina y el glam debe notar el estremecimiento en cada uno de los poros de su piel, porqué si algo hace bien este director, y especialmente en este film, es conseguir esa empatía con el espectador mediante la cual tiempo después seguirás pensando en la película.
Por lo inhabitual, por lo especial y por lo bien plasmado de la historia, es una película OBLIGATORIA de ver.
spoiler:
The origin of love es simplemente sublime.