Haz click aquí para copiar la URL
España España · Córdoba
Voto de poverello:
7
Musical. Comedia En 1979, "La Vida de Brian" de Monty Python puso la epopeya bíblica patas arriba. Hoy, los creadores de SPAMALOT hacen lo mismo con la música clásica. Prepárate para "No es el Mesías (es un sinvergüenza)", una obra maestra cómica que combina el humor inolvidable de la película más célebre de Monty Python con la grandeza ostentosa de una orquesta sinfónica. No te pierdas la única representación de este espectáculo y una rara oportunidad ... [+]
15 de junio de 2010
19 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hace veinte años casi me meo en el cine (perdón por la sinceridad) y los dolores abdominales propios de la risa se adueñaron de mí largo espacio. No me revolqué en el suelo a la par de los soldados romanos porque no había demasiado espacio y se hacía necesario guardar las formas. Era versión original sustitulada en castellano -mucho mejor sin duda-; verla después en el sofá de casa varias veces y doblada no fue igual -el primer beso con lengua no se recuerda del mismo modo que el segundo-. Hace varios meses llegó Spamalot; en directo vuelve a ser un espectáculo brutal, sin nada a lo que decir basta, genialmente versionada por Tricicle con toda la mala leche, la mofa y lo políticamente incorrecto de los Monty Python.
Y sólo ellos son capaces de crear la disfrutable "tontería" que representa "No es el Mesías", donde consiguen dar otra vuelta de tuerca a lo ya hecho y que la perfección y milimétrica pulcritud de las voces y la orquesta te hagan sonreir a través de lo absurdo.
Evidentemente es difícil poder disfrutar de un aniversario para quien no estuvo presente ni entendió lo que ahora se celebra y por tanto invito a renunciar a verla a quienes odiaron el humor de los Hermanos Marx o fueron incapaces de esbozar la más pequeña de las sonrisas con las ridículas peripecias de un tal Bryan; para el resto, disfrutadla, tan sólo por los recuerdos, por lo irrepetible, por lo que en un día fue... a pesar de que lo único imprescindible hubiera sido estar presente en el Royal Albert Hall para vivir en directo lo que fue creado para ser disfrutado en directo.
Y, por supuesto, cualquier esfuerzo merece la pena si al final vuelves a vibrar mientras cientos de voces entonan una vez más como un compartido orgasmo el irrepetible "Always look on the bright side of life".
poverello
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow