Historia de yakuzas las hay a patadas, esta es una más de ellas, aunque tiene varios aspectos que la hacen especial. No es normal que Miike haga una película "normal", pero "Cementerio Yakuza" no es ninguna ida de olla, y eso para un director como Miike ya es decir demasiado.

Nuestro protagonista no da tregua a la compasión. Ni él la tiene con sus enemigos, ni Miike quiere que el espectador la tenga con él. Es retratado como un ser despreciable, y es casi imposible que quieras nada bueno para él. Creo que es una de las pocas películas en las que quieres y deseas que maten al protagonista, porque al fin y al cabo, no es más que una mala bestia con la que jamás podrás sentirte identificado.

Cementerio Yakuza es una brutal historia de violencia donde la sangre es otro de los personajes protagonistas. Hay un rojo denso e intenso que acompaña a nustro Yakuza protagonista durante todo el film. Todo el río de sangre que corre es debido a una estúpida confusión mezclado con el bestial ego del protagonista, quien nunca pregunta; apuñala o dispara, pero no pregunta.

¡¡¡Y todo por culpa de una maldita muela!!!