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Voto de Luis Guillermo Cardona:
7
Comedia Sir Robert Chiltern es un político brillante, un auténtico gentleman y el marido ideal de la seductora Lady Chiltern. Todos admiran la armonía de su matrimonio. Pero cuando la malévola señora Cheveley lo amenaza con revelar un oscuro secreto de su pasado, su felicidad se tambalea. Acorralado, pide ayuda a un viejo amigo, el inteligente Lord Arthur Goring, que pronto se encontrará atrapado en una red de mentiras y secretas tentaciones. (FILMAFFINITY) [+]
5 de septiembre de 2014
10 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Si los hombres nos casáramos con quien realmente merecemos, estaríamos llevando una vida miserable”. – Escribía Oscar Wilde - y ¡cuanta razón en sus palabras! Porque muy pocos hombres se merecen a la mujer que ahora tienen... Pero surge entonces la otra pregunta ¿Cuántas mujeres se merecen al marido que ahora tienen? Yo creo que todas. Algunas por necias y otras por sabias.

Creo que pocos autores han sabido extraer del lenguaje tanto encanto, tantísima sabiduría, tantas paradojas, sátiras y deliciosos halagos, como el irlandés Oscar Wilde. Pocas cosas son tan entretenidas y halagüeñas como leer sus escritos y, especialmente sus obras teatrales, son de un gracejo y de una elocuencia fascinante. “UN MARIDO IDEAL” también cumple a cabalidad con el buen gusto y la exquisitez de este grandioso dramaturgo que sufrió lo indecible a cuenta del oscurantismo que se padecía a finales del siglo XIX.

La obra tiene un propósito muy claro: Demostrar que no hay hombres ni mujeres perfectos y que, la idealización, es una torpeza que ya ha causado bastante sufrimiento, incontadas decepciones y muchísimos fracasos. Con una historia precisa, planeada con el rigor y la gracia de un recital de Les Luthiers (herederos suyos de alguna forma a los que se me antoja recordar), Wilde se pasea por la aristocracia inglesa para mostrar, cómo un error del pasado muy pasado, facilita el chantaje, da lugar a un posible nuevo error que conduciría al descarrió… y motiva el desencanto de otra mujer de aquellas que, por capricho propio, ha puesto a su terrenal marido en un altar.

Pero Wilde es un hombre optimista, y lo que va a ocurrir, va a dar lugar a que tenga sentido algo que no se utilizó en el filme (les estoy dando un motivo para que se den el estupendo gusto de leer el libro) y es lo que simboliza el tapete que, basado en un dibujo de François Boucher, aparece en el salón de recepciones de los Chiltern.

El húngaro Alexander Korda, hace un filme -rodado en Inglaterra- muy fiel a la obra original, añadiendo unos pocos exteriores para ambientarla cinematográficamente, eliminando unos cuantos diálogos para dar prioridad a la imagen, y editando pequeños detalles para adecuar la historia al tiempo prudencial. Como suyo, agregó la escena del discurso de Arthur Chiltern, al tiempo que le dio la ocasión de quemar él mismo lo que tanto ansiaba. La actuación de Paulette Goddard como la ambiciosa señorita Cheveley es muy acertada. Michael Wilding nos ofrece también una simpática recreación del muy agudo Arthur Goring. Y muy bien luce, Diana Wynyard, como la muy pulcra Gertrude Chiltern.

En resumidas cuentas, la película resulta agradable y entretenida, pero creo definitivamente que es mucho más grato leer la obra, porque te da la ocasión de masticar muy despacio cada frase y cada palabra, ya que en ella todo resulta con-sentido.

Título para Latinoamérica: “UNA MUJER EN MI PASADO”
Luis Guillermo Cardona
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