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Voto de Luis Guillermo Cardona:
7
Drama Mick, de diecisiete años, no consigue encontrar trabajo. Se le ocurre entonces alistarse en el ejército, pero sus padres se oponen radicalmente. Mientras tanto empieza a salir con la dependienta de una zapatería. (FILMAFFINITY)
25 de julio de 2013
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
En su carrera cinematográfica, es evidente que, la década de los ’80, fue la más difícil para, Kenneth Loach. No obstante que ya en su haber tenía títulos tan importantes como, “Poor Cow”, “Family Life” o “Black Jack”, su espíritu crítico con la sociedad donde nació y ha vivido, y su carácter comprometido con los oprimidos y marginados del mundo entero, le restaban espacios en un medio obtuso que solo acoge a los que hacen películas de terror o divertimentos inofensivos (aunque, quizás sean decididamente ofensivos al arte).

En 1981, con escaso presupuesto, con actores noveles (de los que hay que perdonarles sus miradas a la cámara y otros cuantos detallitos), y habiéndose hecho con otro guion de, Barry Hines (“Kes”), Ken Loach se aventura con otra fuerte crítica a una sociedad excluyente, donde los jóvenes muy difícilmente logran tener un lugar que los dignifique. Viven a la deriva, en un medio de escasas oportunidades. Abundan los hogares disfuncionales: el padre con otra, la madre con otro… o en el menor de los casos, librando a gorrazos la difícil lucha en solitario de cada jornada.

El Estado, luciendo día a día y sin vergüenza alguna su prolongada incompetencia, y preparando a los jóvenes para llevarlos a cualquier guerra loca, donde conseguirá deshacerse de unos cuantos miles, mientras unos pocos “todopoderosos” consiguen forrarse en dinero con el negocio de las armas. Ésta es la única puerta que, para los "aptos", siempre estará abierta

Y los jóvenes en vilo con sus ideales, luchando en vano por una oportunidad para tener un empleo o un lugar donde poder hacer la carrera de su agrado. Anhelando ser queridos por los suyos y amados por alguien de su edad… pero hasta esto se les hace bien difícil cuando no tienen nada que ofrecer, con qué sostener una salida o un paseo… y es entonces cuando se tornan agresivos y cuando sienten que harán lo que sea para no seguir eternamente en el olvido y en la negación.

Michael Walsh, es uno de estos chicos. Karen, es una de aquellas chicas. Él anhela un empleo. Ella desea sentirse amada. Juntos se enfrentarán con un mundo ciego manejado a la tondra tolondra por atolondrados que solo ven del ombligo para dentro. Tienen padres, pero lo que pueden es poco. Tienen voluntad, pero viven en una sociedad donde para ellos las puertas están cerradas.

En blanco y negro y en un ambiente sombrío donde solo escasos corazones lucen palpitantes, <<MIRADAS Y SONRISAS>>, es un duro reflejo de una sociedad que muy poco demuestra ser digna del hombre del común. Resulta, entonces, penoso y decididamente ridículo aquel cartel que, Loach, hace que veamos en varias ocasiones, donde reza: “¿Why not got to London?” (¿Por qué no vas a Londres?)

Aún hoy día, ¡ni siquiera para conocer a esa preciosa mujer llamada, Kate Middleton, sumida en ese mundo de ostentosos e hipócritas protocolos… parece que valga la pena ir!
Luis Guillermo Cardona
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