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Voto de Luis Guillermo Cardona:
7
Drama Jean Doucet, maestro de escuela de un pueblecito, es acusado de haber violado a una de sus alumnas. Pero él clama su inocencia. (FILMAFFINITY)
22 de abril de 2014
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Viendo, “RIESGOS DEL OFICIO”, se me ocurría una pregunta: ¿Por qué será que, a ciertos directores (los mejores casi siempre) y a cierta parte del público entre la que puedo contarme, nos interesan más las películas donde se cuentan casos de hombres (casi todos profesores) injustamente acusados de abuso sexual, que aquellos títulos que se ocupan de casos reales de violación donde el victimario es severamente castigado?

Lo he pensado durante algunos minutos… Se me vinieron a la mente títulos como “Escándalo en las aulas”… “Acusados”… “La duda”… “La caza”… y por supuesto “RIESGOS DEL OFICIO”, y llego a la conclusión de que, en lo particular, me complace más la dignidad que se preserva por encima de toda sospecha; me agrada más el perdón y la declaración de inocencia, que la maldad consumada y el severo castigo; y me gusta más cuando la gente descubre que se ha equivocado y asume un propósito de enmienda, que cuando comprende que se ha perdido irremediablemente y solo espera que la vida le cobre lo que sin duda debe.

Andre Cayatte, fue un abogado que descubrió luego, que le gustaba más la literatura y el cine que los estrados judiciales, y sin embargo, terminó escribiendo (solo o en colaboración) un buen número de guiones que, en buena parte, se ocupaban de hechos delictivos y de su paso por un proceso en el que podía ocurrir el sobreseimiento o la condena. Era de lo que más sabía, y el que hace justamente aquello de lo que realmente sabe o conoce, tiene altas probabilidades de alcanzar el éxito.

“Justicia cumplida”, “No matarás”, “El dossier negro”, “Dos son culpables” y otras, son películas en las que Cayatte se complacía ejerciendo justicia fílmica y a este género pertenece también “RIESGOS DEL OFICIO”, una historia en la que el profesor de un pueblo francés, tras despertar amores y pasiones en sus alumnas, termina seriamente acusado de abuso sexual por tres de ellas simultáneamente. De ser encontrado culpable, le esperan 15 años de trabajos forzados… y todo parece condenarlo porque las chicas tienen muy íntimos motivos para decidirse a acusarlo.

Basados en los testimonios recogidos por Simone y Jean Cornec (1919-2003), este último abogado y acérrimo defensor de la presunción de inocencia en el caso que, en 1962, dio lugar a su novela del mismo nombre, Andre Cayatte y Armand Jammot escribieron el guión que se muestra riguroso en la recreación de un hecho que sienta un verdadero precedente: Aunque todo parezca culparlo por hallarse en desventaja, el hombre más severamente acusado podría ser inocente.

Protagonizada por el renombrado cantante Jacques Brel (¿Quién no recuerda “Ne me quite pas”) y con la notable Emmanuelle Riva (“Hiroshima, mon amour”, “Thérèse Desqueyroux”…) en el rol de su esposa, este elocuente filme significó también el debut cinematográfico de la joven cantante Delphine Desyeux quien, en el rol de Catherine Roussel, logra una caracterización bastante sugestiva.

Y recuérdalo bien: Huir es una forma muy común de reconocer que se es culpable.

Título para Latinoamérica: “ATENTADO AL PUDOR”
Luis Guillermo Cardona
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