26 de diciembre de 2007
12 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
¡Ja,ja,ja! Se nota la ingenuidad de los productores, al creer que el personal de Urgencias de un Hospital puede darse el lujo de hacer el amor a diestra y siniestra, llevar una vida de melodrama y atender con lucidez a los pacientes. Bonita imaginería, compatible con el mito (irreal) de que los médicos somos semi-dioses infatigables. La realidad, mis amigos, es distinta: el trabajo llega a ser asfixiante, los casos son más complicados (sí, mucho más complicados, y a veces en un turno te puede llegar el equivalente a diez episodios de la teleserie) y el estilo de vida (dada la injusticia de los salarios) es mucho menos glamoroso. Más de un adolescente ingresará a la Facultad de Medicina con el cerebro intoxicado por esta agradable farsa (porque gustadora y emocionante sí es) y sufrirá un tremendo estrellón.
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