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España España · Madrid
Voto de J C:
7
Comedia. Drama Mike Flaherty (Giamatti), un abogado sin suerte, dedica su tiempo libre a entrenar a los muchachos de una escuela de lucha libre. De repente, se le presenta la oportunidad de resolver sus problemas económicos defendiendo a un viejo cliente. Cuando el nieto de éste, un deportista muy prometedor, escapa de casa y se va con su abuelo, la vida de Mike da un giro verdaderamente inesperado. (FILMAFFINITY)
4 de julio de 2011
12 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
La nueva película de Thomas McCarthy, tras la excelente The visitor, vuelve a incurrir en terrenos ya frecuentados por este cineasta que ha hecho de la independencia algo más que una manera de narrar al margen de lo establecido por la industria jolibudiense. Asuntos como la inadaptación o la incomunicación vuelven a confluir en una obra magníficamente narrada, en la que no existen buenos ni malos, sino seres que se mueven por instinto, haciendo incluso a veces de la ambigüedad una forma de vida.
Aunque la película podría ser una metáfora sobre el hecho de la victoria como meta (de ahí el título) o como fórmula para salir de lo banal y acceder a cosas más importantes, también es una reflexión sobre la soledad o la antes mencionada incomunicación o imposibilidad de empatizar con otros seres humanos.
Si bien el drama planea sobre la película en todo momento, casi desde su inicio, McCarthy opta por dejar que afloren situaciones de comedia que consiguen desinflarla de trascendencia y dejar que se vea con agrado. Giamatti vuelve a estar a la altura, arropado por unos buenos secundarios y sustentado por un guión bien urdido que no decae en ningún momento.
Sin duda uno de los aciertos de McCarthy es situar su mirada a la distancia suficiente para que los personajes, más que sentirse observados, se muevan e interactúen como si nadie los mirase. Y otro de sus méritos es que sus películas, y ahí es donde la palabra independencia adquiere su verdadero sentido, se despojan de artificios y excesos para revestirse de una naturalidad que las convierte en creíbles. No está mal.
J C
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