168/03(03/10/19) Interesante episodio de la popular serie de misterio y suspense creada por Alfred Hitchcock para la CBS, el episodio 155, el segundo de la quinta temporada de Alfred Hitchcock Presents, The Crystal Trench se transmitió por primera vez el 4 de octubre de 1959, como parte de la quinta temporada de la serie. Dirigido por el propio orondo creador de la serie, sobre una historia corta del autor inglés AEW Mason, más conocido por escribir la famosa novela de aventuras “The Four Feathers” (1902) y una serie de novelas de misterio con el detective inspector francés Hanaud. La adaptación de la historia para la pequeña pantalla fue el prolífico guionista Stirling Silliphant. UN relato que nos habla en su escaso metraje del amor obsesivo, teniendo ciertos paralelismos con la también hitchcockina “Vértigo” (1958), realizada un año antes, con trazas de amor necrófilo. El amor obsesivo de una esposa por su marido muerto en una montaña, y caído sobre un glaciar austriaco, y el amor obsesivo de un inglés por la viuda, y entre los dos el fallecido montañés, y con esto también se hace una superficial mirada al paso lapidario el tiempo, de cómo ante los que nos quedamos aquí nuestros seres queridos fallecidos no envejecen. Relato donde el misterio y suspense típicos hitchcockianos quedan reducidos a elementos plúmbeos, que aparecen para despistar y estirar el metraje, aunque si tiene un giro final que da un sentido distinto a la historia.

Mientras se hospeda en una estación de esquí alpina, el montañista inglés Mark (correcto James Donald) se entera de que un compañero inglés, un joven escalador, ha muerto en una montaña cercana, su cuerpo en espera de ser recuperado. Mark le da la noticia a Stella (inane Patricia Owens), la viuda joven del muerto, antes de salir a recuperar el cadáver. El intento de recuperar el cuerpo no funciona, el cadáver cae de la montaña en una grieta debajo, haciéndolo irrecuperable.

Es un episodio donde todo sucede demasiado rápido, el amor de Mark por la viuda me resulta precipitado, no hay química entre ellos, la frialdad de ella no te hace precisamente desearla. También te despistan cuando te hacen creer durante gran parte del tiempo que puede haber sido la muerte provocada, o sea un asesinato, esto es un recurso distorsionador que se podría haber empleado este tiempo en dar credibilidad al romance. Luego entramos en un tramo donde más que amor obsesivo de ella por su marido, es locura lo que nos hace ver. Para en una elipsis sin fuerza dramática alguna saltar 40 años, sin saber que ha pasado a los dos protagonistas, y entonces se produce el giro sorpresa en formato collar con foto que genera una mueca de sonrisa. Pero no te hace removerte de emoción.