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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
4
Western. Terror A la localidad de Bright Hope llega un forastero que rápidamente despierta las sospechas del sheriff, que termina por arrestarlo tras dispararle en la pierna. Samantha O'Dwyer se encarga de extraerle la bala en el calabozo. Pero esa noche un joven en un establo es asesinado y el ayudante del sheriff, la Sra. O'Dwyer y el detenido han desaparecido. Siguiendo la única pista que tiene, una flecha india, el sheriff buscará a la joven con la ... [+]
9 de marzo de 2016
44 de 70 usuarios han encontrado esta crítica útil
39/02(03/03/16) Fallido debut en la dirección de Steven Craig Zahler (novelista y músico), una desequilibrada mezcolanza entre el género western y el terror de índole góre, el realizador no sabe sintetizar, se le va el ritmo de las manos, cayendo en la languidez parsimoniosa, con unos personajes que resultan forzados en sus motivaciones, siendo un film de bajo presupuesto, lo peor es que esta falta de plata brilla estrepitosamente en una puesta en escena pobre, solo sobresale la fotografía y la sensación de aridez que nos transmite. Una propuesta que se alarga en demasía en el viaje del cuarteto, como queriendo enriquecer la camaradería machil que tanto supo explotar el genial John Ford, del que este film se nota claramente influenciado, empezando por su nudo central que recuerda a “Centauros del desierto” (1956) esto en un desabrido coctel con la cinta de terror de Wes Craven “Las colinas tienen ojos” (1977), pariendo una letárgica propuesta con acentuados rasgos de serie b. Solo en su tramo final llama algo el interés con la aparición de la tribu cavernícola-caníbal, pero reflejados de un modo muy torpón, donde la originalidad ni está ni se la espera, donde las sorpresas son nulas, y donde al acabar te sientes vacío por lo visto. Lo mejor es la presencia carismática de un Kurt Russell que en la madurez ha encontrado un poso de actor brillante. Lo peor de todo es que se toma en serio a sí misma, pretende mucho más de lo que puede.

Estamos en el pueblo del oeste Bright Hope, allí llega un misterioso forastero, Purvis (David Arquette), al que el sheriff Hunt (Kurt Russell) detiene tras un trifulca en el saloon, siendo herido en la pierna el prisionero, la doctora del pueblo, Samantha (Lili Simmons), lo atiende por la noche, a la mañana siguiente la médica y el recluso han desaparecido, quedando una flecha india como única pista de lo acontecido, una tribu caníbal se los ha llevado, entonces se organiza un grupo para ir al rescate, el sheriff Hunt, su viejo ayudante Chicory (Richard Jenkins), el esposo de la doctora, Arthur (Patrick Wilson), todavía cojo por un accidente doméstico, y un hierático pistolero, Brooder (Matthew Fox), comenzando una odisea contrarreloj para el rescate.

El bloque del viaje por el desierto ocupa la gran parte central del relato, esto el director lo quiere afrontar como una radiografía de diferentes caracteres que enfrentados a un peligro se compenetran en sus desigualdades, haciendo germinar una hermandad varonil, pues bien, estas interrelaciones entre los cuatro se sienten metidas con calzador, con diálogos que llegan a ser estridentes, cuando no ridículos, como el que he leído alaban en el que divagan sobre un circo de pulgas, anhela ser una road-movie con trazos existencialistas , quiere tomarse su tiempo en hacer una introspección de personajes, pero esto queda metido con calzador, no hay mimbres en el armazón de ententes orales para dar fuerza y alma de empatía a los personajes. Personajes protagonistas que forman un cuarteto bastante surrealista en su composición, el sheriff íntegro y duro, bien, el pistolero lacónico y despiadado, bien, pero un cojo que apenas puede andar y un anciano, no se tiene en pie puedan estos disminuidos físicos ser de la partida en una misión peligrosa de rescate, para colmo es su final (spoiler).

El realizador cimenta el desarrollo de la tensión en el hábil recurso del fuera de campo, en no mostrar más de lo que los protagonistas ven, con lo que sus ojos serán los nuestros, sus oídos serán los nuestros, y es que el sonido tiene importancia por el modo de comunicarse que tienen los malos malísimos, con un sonido de silbato ahogado que provoca pavor, se juega con lo desconocido, con las sugerencias de lo que nos han contado, con el misterio de la tribu, y de este modo cuando aparecen ya en el rush final se ha creado sobre los indígenas un halo cuasi-místico de monstruos, lástima que esto no sea aprovechado y se nos muestren impactantes imágenes gores provocadas por estos, pero en medio de una caótica evolución del clímax final, quedando en un esbozo de lo que pudo haber mostrado esta tribu. La vertiente terrorífica la llevan por supuesto esta tribu de aspecto temible, pintados enteros de gris, con un hueso de animal cosido a sus gargantas para poder emitir el silbido turbador con que se comunican, pero como digo estos moradores de cuevas son expuestos de modo salvaje, pero sin matiz alguno, meras caricaturas de comportamiento errático. Trata temas de modo naif como el sentido del deber, el amor, el sacrificio, o por supuesto la sempiterna lucha del bien contra el mal, pero abordado de modo banal, sin capacidad alguna de hondura dramática.

Kurt Russell es lo mejor de la función, demuestra un poso de carisma y fuerte personalidad arrolladora. Patrick Wilson es un buen actor que aquí resulta bastante liviano, sin mucho carácter, plúmbeo. Richard Jenkins hace una copia del clásico secundario de Howard Hawks, Walter Brennan, con sus andares, ademanes, encorvamiento, e incluso facialmente, un rol que emite humanidad, pero al que no te crees en un grupo de rescate. Matthew Fox tras un bigote elegante realiza una actuación meritoria como el enigmático pistolero que al final destapa su verdadera motivación para enrolarse en la partida. Lily Simmons muy guapa, pera falta de frescura.

La puesta en escena proyecta la pobreza de medios de que dispone la cinta, se rodó en el Paramount Ranch en Malibú (California), la mayor parte en un áridos parejas desprovistos de vida, sin atisbo de épica en los lares, parece siempre se mueven en círculos, todo muy similar, sin tomas generales que encuadren en su pequeñez a los protagonistas, desembocando en su clímax final en la guarida de los “malos” de una escasez de medios alarmante, un pusilánime decorado sin el menor dinamismo, lastimera exhibición falta de recursos económicos o de imaginación para adornar a estos “villanos” caníbales. (sigue en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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