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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
5
Ciencia ficción Dos empleados de turismo espacial de bajo presupuesto aceptan la solicitud de una confundida anciana que desea un viaje de vuelta a la Tierra, pese a sabiendas de que la existencia de la Tierra es un mito demolido hace tiempo. Durante el trayecto, tienen remordimientos de conciencia. Su engaño les empieza a corroer, y se enfrentarán a una sorpresa agridulce. Adaptación de la historia corta "Impossible Planet" de Philip K. Dick. (FILMAFFINITY) [+]
19 de octubre de 2019
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
179/14(16/10/19) Fallido segundo capítulo de la serie Philip K. Dick's Electric Dreams, del canal británico Channel 4, y que en España ha distribuido Amazon Prime, lo que vino a ser el sustituto en el mencionado canal de su serie insignia “Black Mirror”. Este es un capítulo de ciencia ficción con estupenda ambientación, dirigido y adaptado por David Farr (guionista de series como “Hanna”, “Spooks” o “El infiltrado”). La historia se basa un relato corto homónimo de Philip K. Dick, siendo el guión algo fiel a la narración original de Dick, pero con la adición de una historia secundaria romántica, y con un "giro en la historia" diferente. Esta fábula futurista sobre el amor atemporal, sobre el poder de la memoria, sobre lo torticero de la publicidad, me llega muy torpemente narrada, con muchas lagunas que la hacen demasiado críptica, desembocando en un rush final muy poético, pero desvinculado orgánicamente del espectador, cual spot de perfume, bonito, pero sin contenido. Protagonizado por Jack Reynor (“Detroit“, “Sing Street“, “Glassland”...), Benedict Wong (“Dr. Strange“, “Marte”, “Redención“…) y la cuasi-española Geraldine Chaplin (“Tierra Firme“, “Un Monstruo viene a Verme“, “The Forbidden Room”... ), pero sosteniendo unos personajes demasiado esquemáticos.

En la línea futurista interplanetaria Historia de Irma Gordon (Geraldine Chaplin) mujer madura cuyo sueño es visitar la tierra. Para ello recurre a “Astral Dreams”, compañía de turismo intergaláctico donde Brian Norton (Jack Reynor) y Ed Andrews (Benedict Wong), trabajan. Ha sido un día rutinario que por fin llega a su fin, cuando Irma toca en la oficina de Bryan para contratar los servicios turísticos. Ellos se oponen en principio, pero al notificárseles que Miss Gordon pagará en efectivo deciden llevar a Irma a un destino… ella parece que no comprende lo imposible de su petición porque la tierra ha desaparecido hace años.

Es un episodio que intenta emocionar sin saber cómo manejar los mimbres para ello, suelta muchas ideas pero no aprieta, deja constancia de que la Tierra a desaparecido, idea que daría mucho juego, pero por el contrario no se da una motivación (solo es apunte a pie de página), avanzando con tirones arteros, donde hay agujeros que impiden conectar (por lo menos yo). Ello con el propósito de que veamos fluir un amor soterrado no se sabe por qué entre el joven Brian y la ancianísima Irma, alimentado por flash-back desorientadores, donde se nos hace ver la infelicidad que vive Brian con su bella pareja, en contraposición a los sentimientos (artificiosos) que parecen flotar en el aire con Irma, ella diciéndole todo el rato que es un caballero, y el prendado por con ella por el modo de mirarle, por cómo se comporta con él, y por lo que le cuenta del pasado de sus queridos abuelos en la Tierra, concretamente en un edén llamado Carolina.

En el inicio parece que se va a hacer una reflexión sobre el modo en que el turismo se ha convertido en algo efímero y modulable cual televisión que se maneja su contraste con el mando a distancia, ello entroncando con la forma en que disfrutamos de experiencias precocinadas, idea ya manejada por Philip K. Dick en su relato adaptado al cine “Total Recall”. Asimismo durante este arranque se deja un comentario deidífico bastante turbador, sobre que la belleza del universo solo puede significar que Dios existe.

Jack Reynor como Norton cumple con su labor de cariacontecido melancólico ante la extraña presencia de esta anciana; Benedict Wong es una especie de alivio cómico sin demasiada fuerza en su labor de pragmático; Geraldine Chaplin como la ancianísima Irma desprende carisma y luz en su mirada, lástima que esté al servicio de un rol tan difuso.

La puesta en escena resulta bien trabajada en lo referente a la nave espacial y su viaje Interstellar, porque en el tramo que están en tierra (en un planeta indeterminado), huele a estudio de sonido. En la nave gracias a la buena cinematografía de Tony Slater Ling (“Mad Dogs” o “Years and Years”) con poca iluminación y la visión del vasto infinito espacial exuda realismo, También es buena la recreación del robot con aparente madera de exterior RB29 de Irma (Mark Ibheis con Christopher Staines proporcionando la voz), con ese toque ingenioso de cambiar el color de los ojos para cada emoción.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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