Media votos
6.5
Votos
5,710
Críticas
5,208
Listas
10
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Mis críticas favoritas
- Contacto
-
Compartir su perfil
Voto de TOM REGAN:
5
5.7
1,116
Ciencia ficción
Dos empleados de turismo espacial de bajo presupuesto aceptan la solicitud de una confundida anciana que desea un viaje de vuelta a la Tierra, pese a sabiendas de que la existencia de la Tierra es un mito demolido hace tiempo. Durante el trayecto, tienen remordimientos de conciencia. Su engaño les empieza a corroer, y se enfrentarán a una sorpresa agridulce. Adaptación de la historia corta "Impossible Planet" de Philip K. Dick. (FILMAFFINITY) [+]
19 de octubre de 2019
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
179/14(16/10/19) Fallido segundo capítulo de la serie Philip K. Dick's Electric Dreams, del canal británico Channel 4, y que en España ha distribuido Amazon Prime, lo que vino a ser el sustituto en el mencionado canal de su serie insignia “Black Mirror”. Este es un capítulo de ciencia ficción con estupenda ambientación, dirigido y adaptado por David Farr (guionista de series como “Hanna”, “Spooks” o “El infiltrado”). La historia se basa un relato corto homónimo de Philip K. Dick, siendo el guión algo fiel a la narración original de Dick, pero con la adición de una historia secundaria romántica, y con un "giro en la historia" diferente. Esta fábula futurista sobre el amor atemporal, sobre el poder de la memoria, sobre lo torticero de la publicidad, me llega muy torpemente narrada, con muchas lagunas que la hacen demasiado críptica, desembocando en un rush final muy poético, pero desvinculado orgánicamente del espectador, cual spot de perfume, bonito, pero sin contenido. Protagonizado por Jack Reynor (“Detroit“, “Sing Street“, “Glassland”...), Benedict Wong (“Dr. Strange“, “Marte”, “Redención“…) y la cuasi-española Geraldine Chaplin (“Tierra Firme“, “Un Monstruo viene a Verme“, “The Forbidden Room”... ), pero sosteniendo unos personajes demasiado esquemáticos.
En la línea futurista interplanetaria Historia de Irma Gordon (Geraldine Chaplin) mujer madura cuyo sueño es visitar la tierra. Para ello recurre a “Astral Dreams”, compañía de turismo intergaláctico donde Brian Norton (Jack Reynor) y Ed Andrews (Benedict Wong), trabajan. Ha sido un día rutinario que por fin llega a su fin, cuando Irma toca en la oficina de Bryan para contratar los servicios turísticos. Ellos se oponen en principio, pero al notificárseles que Miss Gordon pagará en efectivo deciden llevar a Irma a un destino… ella parece que no comprende lo imposible de su petición porque la tierra ha desaparecido hace años.
Es un episodio que intenta emocionar sin saber cómo manejar los mimbres para ello, suelta muchas ideas pero no aprieta, deja constancia de que la Tierra a desaparecido, idea que daría mucho juego, pero por el contrario no se da una motivación (solo es apunte a pie de página), avanzando con tirones arteros, donde hay agujeros que impiden conectar (por lo menos yo). Ello con el propósito de que veamos fluir un amor soterrado no se sabe por qué entre el joven Brian y la ancianísima Irma, alimentado por flash-back desorientadores, donde se nos hace ver la infelicidad que vive Brian con su bella pareja, en contraposición a los sentimientos (artificiosos) que parecen flotar en el aire con Irma, ella diciéndole todo el rato que es un caballero, y el prendado por con ella por el modo de mirarle, por cómo se comporta con él, y por lo que le cuenta del pasado de sus queridos abuelos en la Tierra, concretamente en un edén llamado Carolina.
En el inicio parece que se va a hacer una reflexión sobre el modo en que el turismo se ha convertido en algo efímero y modulable cual televisión que se maneja su contraste con el mando a distancia, ello entroncando con la forma en que disfrutamos de experiencias precocinadas, idea ya manejada por Philip K. Dick en su relato adaptado al cine “Total Recall”. Asimismo durante este arranque se deja un comentario deidífico bastante turbador, sobre que la belleza del universo solo puede significar que Dios existe.
Jack Reynor como Norton cumple con su labor de cariacontecido melancólico ante la extraña presencia de esta anciana; Benedict Wong es una especie de alivio cómico sin demasiada fuerza en su labor de pragmático; Geraldine Chaplin como la ancianísima Irma desprende carisma y luz en su mirada, lástima que esté al servicio de un rol tan difuso.
La puesta en escena resulta bien trabajada en lo referente a la nave espacial y su viaje Interstellar, porque en el tramo que están en tierra (en un planeta indeterminado), huele a estudio de sonido. En la nave gracias a la buena cinematografía de Tony Slater Ling (“Mad Dogs” o “Years and Years”) con poca iluminación y la visión del vasto infinito espacial exuda realismo, También es buena la recreación del robot con aparente madera de exterior RB29 de Irma (Mark Ibheis con Christopher Staines proporcionando la voz), con ese toque ingenioso de cambiar el color de los ojos para cada emoción.
En la línea futurista interplanetaria Historia de Irma Gordon (Geraldine Chaplin) mujer madura cuyo sueño es visitar la tierra. Para ello recurre a “Astral Dreams”, compañía de turismo intergaláctico donde Brian Norton (Jack Reynor) y Ed Andrews (Benedict Wong), trabajan. Ha sido un día rutinario que por fin llega a su fin, cuando Irma toca en la oficina de Bryan para contratar los servicios turísticos. Ellos se oponen en principio, pero al notificárseles que Miss Gordon pagará en efectivo deciden llevar a Irma a un destino… ella parece que no comprende lo imposible de su petición porque la tierra ha desaparecido hace años.
Es un episodio que intenta emocionar sin saber cómo manejar los mimbres para ello, suelta muchas ideas pero no aprieta, deja constancia de que la Tierra a desaparecido, idea que daría mucho juego, pero por el contrario no se da una motivación (solo es apunte a pie de página), avanzando con tirones arteros, donde hay agujeros que impiden conectar (por lo menos yo). Ello con el propósito de que veamos fluir un amor soterrado no se sabe por qué entre el joven Brian y la ancianísima Irma, alimentado por flash-back desorientadores, donde se nos hace ver la infelicidad que vive Brian con su bella pareja, en contraposición a los sentimientos (artificiosos) que parecen flotar en el aire con Irma, ella diciéndole todo el rato que es un caballero, y el prendado por con ella por el modo de mirarle, por cómo se comporta con él, y por lo que le cuenta del pasado de sus queridos abuelos en la Tierra, concretamente en un edén llamado Carolina.
En el inicio parece que se va a hacer una reflexión sobre el modo en que el turismo se ha convertido en algo efímero y modulable cual televisión que se maneja su contraste con el mando a distancia, ello entroncando con la forma en que disfrutamos de experiencias precocinadas, idea ya manejada por Philip K. Dick en su relato adaptado al cine “Total Recall”. Asimismo durante este arranque se deja un comentario deidífico bastante turbador, sobre que la belleza del universo solo puede significar que Dios existe.
Jack Reynor como Norton cumple con su labor de cariacontecido melancólico ante la extraña presencia de esta anciana; Benedict Wong es una especie de alivio cómico sin demasiada fuerza en su labor de pragmático; Geraldine Chaplin como la ancianísima Irma desprende carisma y luz en su mirada, lástima que esté al servicio de un rol tan difuso.
La puesta en escena resulta bien trabajada en lo referente a la nave espacial y su viaje Interstellar, porque en el tramo que están en tierra (en un planeta indeterminado), huele a estudio de sonido. En la nave gracias a la buena cinematografía de Tony Slater Ling (“Mad Dogs” o “Years and Years”) con poca iluminación y la visión del vasto infinito espacial exuda realismo, También es buena la recreación del robot con aparente madera de exterior RB29 de Irma (Mark Ibheis con Christopher Staines proporcionando la voz), con ese toque ingenioso de cambiar el color de los ojos para cada emoción.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
En el rush final vemos que Irma y Norton bajan a este planeta indeterminado, cuando se les acaba aire de sus bombas se quitan las escafandras y consiguen respirar, pero lo más turbador es que de pronto la ancianísima de varios siglos de vida se transforma en una bella joven de como mucho veinte añitos, Norton se quita su escafandra y lo vemos con el traje de la foto del abuelo de Irma, y entonces el nebuloso escenario se abre y estamos en estanque hermoso con una cascada, donde la ahora joven se baña y Norton le acompaña en el remojón bucólico, y se termina; Y comienzan las preguntas, como si Irma había buscado a Norton por alguna conexión inexplicada o fue casual? Ella ha ido allí a morir sabiendo que le queda poco tiempo de vida (dos meses dice su robot)? Y si es así, porque se lleva consigo la vida de Norton? Nos quieren colar que la infelicidad de Norton con su mujer le lleva a suicidarse con Irma en ese lugar idealizado (puaj!)? Menuda cutre motivación si es así!; Es todo un sueño febril antes de la muerte de alguno de los dos? Es todo tan velado y confuso que hace que no tengas asidero para componer una mínima teoría.
En conjunto me queda un capítulo bastante pretencioso para lo que al final ofrece. Fuerza y honor!!!
En conjunto me queda un capítulo bastante pretencioso para lo que al final ofrece. Fuerza y honor!!!