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Voto de TOM REGAN:
8
1982
7.3
466
Documental
Documental que narra las peripecias y acrobacias de Herzog, quien tercamente insiste durante cuatro años en realizar la película "Fitzcarraldo". En su particular locura, el director alemán llega a arriesgar la vida de su equipo para terminar su sueño. Muy parecido al sueño del protagonista de la propia película. Un sueño casi imposible de realizar. (FILMAFFINITY)
14 de octubre de 2013
9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
163/13(26/09/13) Al documentalista Les Blank, Herzog le encomendó la tarea de realizar un ‘making off’ sobre su homérico film ‘Fitzcarraldo’, el resultado es un gran documental, Herzog a través de la odisea de la filmación se convierte en un alter ego del protagonista, el director es un entusiasta de radiografiar a personajes apasionados, obcecados, maniacos que parecen en realizdad vehículos para emprender viajes que rozan en el existencialismo. Herzog es un ‘loco’ aventurero que convierte los rodajes de sus films en epopeyas donde mezcla el poder omnímodo de la naturaleza con el idealismo de seres únicos. La historia del rodaje es un torrente de problemas a los que Herzog desde su serenidad debe combatir como pueda, son tropecientos avatares. ‘Fitzcarraldo’ es la historia de un tipo obsesionado con un sueño imposible y esto es Herzog un soñador idealista que cuanto más difícil es un propósito más le atrae y obsesiona, Herzog lucha contra los elementos y con las personas para alcanzar su sueño, es la Obsesión de un Artista por tocar el realismo.
La historia de ‘Fitzcarraldo’ gira en torno a un soñador de origen irlandés que anhelaba construir en Iquitos, un pueblo en el corazón del Amazonas un teatro de la ópera para que cantara el mítico tenor Caruso, para conseguir plata ideó hacerse empresario de la floreciente industria del caucho, pero todas las zonas transitables estaban pilladas, por lo que planeó una arriesgada misión para alcanzar una región inhóspita poblada de indios salvajes, para salvar unos rápidos imposibles de subir ascendió un río con su barco por un afluente paralelo y en el punto más cercano uno de otro trasladaría el navío de 320 toneladas por una ladera selvática y así acceder a la zona con el caucho y estar por lo alto de los rápidos, una misión demente.
El verdadero Fitzcarraldo traslado por la selva un barco de 30 toneladas y no 320, además lo hizo desmontándolo y volviéndolo a montar, Herzog va mucho más allá en su megalomanía aumentando las dificultades. Huye de artificios impostados y decide ser lo más realista posible, tuvo que interrumpir en 1979 el rodaje por que una organización nativa local propagó la idea entre la población indígena de que traficaban con armas, que destruirían sus tierras, que violarían a sus mujeres y hasta que era un exterminador de Indios, diciendo que el Holocausto Judío fue culpa suya, de esto alentado probablemente por petroleras y empresas madereras, a esto se le añadió que su campamento ardió y que se produjo una guerra fronteriza entre Perú y Ecuador, tambaleándose el proyecto, aunque Herzog se reafirma en su idealismo ante los productores alemanes cuando le cuestionan si continuará, les espeta < Si abandono este proyecto sería un hombre sin sueños y no me gustaría vivir así. Mi vida sigue o termina con este proyecto>, volviendo 2 años después y para la filmación cuando llevaba el 40% (5 semanas) del rodaje el protagonista Jason Robards coge disentería y abandona el proyecto, Herzog echa mano de su enemigo íntimo Klaus Kinski (había hecho tres films con él y temía su temperamental carácter), además uno de los coprotagonistas, Mick Jagger por el retraso deja tirado a Herzog, impagables las escenas inéditas de Robards y Jagger, surrealista la del campanario. Tras el rodaje en Iquitos llega la parte dura, Herzog con todo el equipo se sumerge en las profundidades de la selva del Amazonas a más de mil kilómetros de la civilización más cercana, allí se ve obligado a hacer dos campamentos, uno parta los occidentales y otro para los numerosos indígenas, pero las dificultades no paran. Hay enfermedades, accidentes aéreos, una sequia como no recuerda en el lugar que impide navegar al barco, la excavadora gigante de segunda mano da muchas averías y las piezas de repuestos deben llegar de Miami, el ingeniero brasileño, Laplace Martins, deja el rodaje pues cree que la tragedia tiene muchas probabilidades, y es que a él se encomendó crear un sistema de poleas y cables para una inclinación del 20% a Herzog le pareció poco y lo dobló al 40%, hasta hay una guerra tribal, los indígenas del campamento salen en barcas a combatir a otra tribu que ha atacado a dos de ellos con flechas hiriéndolos. Para combatir la ociosidad en los parones de filmación Herzog aconsejado por un sacerdote llega a tener que contratar prostitutas para los indígenas, un aquelarre surrealista. Todo esto no son más que retos para Herzog, ni tan siquiera que el ingeniero brasileño que supervisa el complicado sistemas de poleas para subir el barco ladra arriba los abandone por falta de seguridad lo achica, su obcecación no tiene fin.
El documental es la travesía de Herzog hacia los límites de la demencia, en sus testimonios somos testigos de un tipo frío, meticuloso, flemático y a la vez consciente de que la línea entre la razón y la locura es muy liviano en su estado mental, llegando a admitir que seguramente deberá internarse en un manicomio. Herzog dice que su relato fílmico es sobre el Desafío de lo Imposible emparentado con ‘El Mito De Sisifo’ de Albert Camus, metáfora del esfuerzo inútil sobre la filosofía de lo absurdo.
La historia de ‘Fitzcarraldo’ gira en torno a un soñador de origen irlandés que anhelaba construir en Iquitos, un pueblo en el corazón del Amazonas un teatro de la ópera para que cantara el mítico tenor Caruso, para conseguir plata ideó hacerse empresario de la floreciente industria del caucho, pero todas las zonas transitables estaban pilladas, por lo que planeó una arriesgada misión para alcanzar una región inhóspita poblada de indios salvajes, para salvar unos rápidos imposibles de subir ascendió un río con su barco por un afluente paralelo y en el punto más cercano uno de otro trasladaría el navío de 320 toneladas por una ladera selvática y así acceder a la zona con el caucho y estar por lo alto de los rápidos, una misión demente.
El verdadero Fitzcarraldo traslado por la selva un barco de 30 toneladas y no 320, además lo hizo desmontándolo y volviéndolo a montar, Herzog va mucho más allá en su megalomanía aumentando las dificultades. Huye de artificios impostados y decide ser lo más realista posible, tuvo que interrumpir en 1979 el rodaje por que una organización nativa local propagó la idea entre la población indígena de que traficaban con armas, que destruirían sus tierras, que violarían a sus mujeres y hasta que era un exterminador de Indios, diciendo que el Holocausto Judío fue culpa suya, de esto alentado probablemente por petroleras y empresas madereras, a esto se le añadió que su campamento ardió y que se produjo una guerra fronteriza entre Perú y Ecuador, tambaleándose el proyecto, aunque Herzog se reafirma en su idealismo ante los productores alemanes cuando le cuestionan si continuará, les espeta < Si abandono este proyecto sería un hombre sin sueños y no me gustaría vivir así. Mi vida sigue o termina con este proyecto>, volviendo 2 años después y para la filmación cuando llevaba el 40% (5 semanas) del rodaje el protagonista Jason Robards coge disentería y abandona el proyecto, Herzog echa mano de su enemigo íntimo Klaus Kinski (había hecho tres films con él y temía su temperamental carácter), además uno de los coprotagonistas, Mick Jagger por el retraso deja tirado a Herzog, impagables las escenas inéditas de Robards y Jagger, surrealista la del campanario. Tras el rodaje en Iquitos llega la parte dura, Herzog con todo el equipo se sumerge en las profundidades de la selva del Amazonas a más de mil kilómetros de la civilización más cercana, allí se ve obligado a hacer dos campamentos, uno parta los occidentales y otro para los numerosos indígenas, pero las dificultades no paran. Hay enfermedades, accidentes aéreos, una sequia como no recuerda en el lugar que impide navegar al barco, la excavadora gigante de segunda mano da muchas averías y las piezas de repuestos deben llegar de Miami, el ingeniero brasileño, Laplace Martins, deja el rodaje pues cree que la tragedia tiene muchas probabilidades, y es que a él se encomendó crear un sistema de poleas y cables para una inclinación del 20% a Herzog le pareció poco y lo dobló al 40%, hasta hay una guerra tribal, los indígenas del campamento salen en barcas a combatir a otra tribu que ha atacado a dos de ellos con flechas hiriéndolos. Para combatir la ociosidad en los parones de filmación Herzog aconsejado por un sacerdote llega a tener que contratar prostitutas para los indígenas, un aquelarre surrealista. Todo esto no son más que retos para Herzog, ni tan siquiera que el ingeniero brasileño que supervisa el complicado sistemas de poleas para subir el barco ladra arriba los abandone por falta de seguridad lo achica, su obcecación no tiene fin.
El documental es la travesía de Herzog hacia los límites de la demencia, en sus testimonios somos testigos de un tipo frío, meticuloso, flemático y a la vez consciente de que la línea entre la razón y la locura es muy liviano en su estado mental, llegando a admitir que seguramente deberá internarse en un manicomio. Herzog dice que su relato fílmico es sobre el Desafío de lo Imposible emparentado con ‘El Mito De Sisifo’ de Albert Camus, metáfora del esfuerzo inútil sobre la filosofía de lo absurdo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Les Blank procura ser un espectador neutral que nos pasea por un submundo similar a lo que pudo ser el poblado del Coronel Willem Kurtz (en este caso el líder-gurú es herzog) de Joseph Conrad. Blank basa la fuerza de su documental mayormente en los testimonios de Herzog y en el poder de su mirada curiosa a la selva, esto lo mezcla hábilmente, cuando Werner en un ramalazo depresivo arremete contra el entorno tildándolo de mísero y obsceno, dice < Es una tierra que si Dios la creó lo hizo con ira>, pero a la vez Blank exhibe la fascinante belleza de la Naturaleza Salvaje. Blank retrata a Herzog como a un nihilista-soñador que fríamente se hunde en el lodo que es su aparatosa producción. Se dedica su tiempo a la singular sociedad indígena con su costumbres ancestrales, su chocante gastronomía (el masato), las peleas de dos mujeres por un hombre, un lírico baño de una pareja en el Amazonas, charla con prostitutas.
La cinta tiene su zenit en la Magan escena en que cientos de indígenas arrastran colina embarrada arriba el enorme navío de vapor, un trabajo stajonovista, donde grandiosas poleas son movidas por los aborígenes en una secuencia que parece salida del Egipto faraónico en la construcción de pirámides. Es el momento en que Herzog se siente más cerca de Fitzcarraldo, es la culminación a su sueño-locura-obsesión por alcanzar un realismo que ansía trasladar al espectador y que conseguirá. En su afán Fitzcarraldista lo veremos hundirse en el fango dando órdenes, lo veremos subido en la excavadora, es un niño con su juguete, está tocando su SUEÑA, está rozando a Fitzcarraldo.
El documental posee la tara de ignorar a la tripulación de la producción, apenas se atisban datos sobre sus pensamientos, con el juego que da Kinski solo lo oímos quejarse de las duras condiciones en el campamento y como compra flechas a los indios por 3 $, además de la onírica imagen de Klaus jugando con una mariposa, todo es la visión de Herzog y la mirada a los indígenas, en medio el vacío, esto merma el mosaico del ‘making off’. En 1999 Herzog hizo el espléndido documental ‘Mi Enemigo Íntimo’ donde sacó material descartado para este retrato sombrío del actor que tantas disputas tuvo con el director.
Es un documental emparentado con el extraordinario ‘Corazones en Tinieblas’ sobre otro rodaje maldito, el de ‘Apocalypse Now’ de Coppola, otro descenso al Averno de la locura donde se esconden los Sueños más fútiles. El conjunto nos da un fascinante recorrido por la mente de de un Artista en ebullición, un pasional, idealista, obsesivo director que nos baña con su locura, su valentía, su angustia vital, en los que es un canto al pulmón de la Tierra, el Amazonas y sus nativos como guardianes de las esencias de la Naturaleza. Les Blank consigue encandilarnos con una labor tan bella como el film que introspecciona y esto es algo muy de alabar.
Tras varios años de tormentosa producción el legendario film de Werner Herzog se estrenó en 1982, una hermosa Oda a la la fuerza indomable del ser humano por tocar sus sueños. Fuerza y honor!!!
La cinta tiene su zenit en la Magan escena en que cientos de indígenas arrastran colina embarrada arriba el enorme navío de vapor, un trabajo stajonovista, donde grandiosas poleas son movidas por los aborígenes en una secuencia que parece salida del Egipto faraónico en la construcción de pirámides. Es el momento en que Herzog se siente más cerca de Fitzcarraldo, es la culminación a su sueño-locura-obsesión por alcanzar un realismo que ansía trasladar al espectador y que conseguirá. En su afán Fitzcarraldista lo veremos hundirse en el fango dando órdenes, lo veremos subido en la excavadora, es un niño con su juguete, está tocando su SUEÑA, está rozando a Fitzcarraldo.
El documental posee la tara de ignorar a la tripulación de la producción, apenas se atisban datos sobre sus pensamientos, con el juego que da Kinski solo lo oímos quejarse de las duras condiciones en el campamento y como compra flechas a los indios por 3 $, además de la onírica imagen de Klaus jugando con una mariposa, todo es la visión de Herzog y la mirada a los indígenas, en medio el vacío, esto merma el mosaico del ‘making off’. En 1999 Herzog hizo el espléndido documental ‘Mi Enemigo Íntimo’ donde sacó material descartado para este retrato sombrío del actor que tantas disputas tuvo con el director.
Es un documental emparentado con el extraordinario ‘Corazones en Tinieblas’ sobre otro rodaje maldito, el de ‘Apocalypse Now’ de Coppola, otro descenso al Averno de la locura donde se esconden los Sueños más fútiles. El conjunto nos da un fascinante recorrido por la mente de de un Artista en ebullición, un pasional, idealista, obsesivo director que nos baña con su locura, su valentía, su angustia vital, en los que es un canto al pulmón de la Tierra, el Amazonas y sus nativos como guardianes de las esencias de la Naturaleza. Les Blank consigue encandilarnos con una labor tan bella como el film que introspecciona y esto es algo muy de alabar.
Tras varios años de tormentosa producción el legendario film de Werner Herzog se estrenó en 1982, una hermosa Oda a la la fuerza indomable del ser humano por tocar sus sueños. Fuerza y honor!!!