Si bien mi título no goza de originalidad, tiene un buen motivo para encabezar el comentario, que es el ser la esencia misma de la película.

La trilogía de Van Sant sobre la adolescencia, fulmina con esta entrega de "Paranoid Park" en la que refleja de manera soberbia y visionaria el retrato de Alex, el protagonista adolescente.

Perfecto exámen pulcramente milimetrado a cerca de la cabeza de un joven sobre el que pesan ganas, culpa, remordimientos, aceptación, amor, integración con su entorno.

Y el espectador forma parte de su maraña intelectual, asistiendo a conversaciones desenfocadas, imágenes recurrentes, sonrisas encubiertas, skates y el sin fin de sensaciones que atormentan, al tiempo, a un adolescente.

Muy buena película que nos quita el sabor amargo que nos dejara "Elephant" y sus interminables pasillos.

Para aquellos que aún no la hayan disfrutado, que paladeen con calma la fastuosa escena de la ducha, un caramelo cuyo sabor permanecerá a lo largo del tiempo en la memoria.