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Voto de lyncheano:
9
7.4
12,627
Terror. Thriller. Drama
Carol Ledoux es una bella y reprimida joven belga que vive con su hermana Helen en un apartamento de Londres. Carol experimenta sentimientos simultáneos y contradictorios de atracción y repulsión hacia los hombres; por eso para ella resulta tan incómoda la relación que mantiene su hermana con un hombre casado. Cuando la pareja se marcha de vacaciones, Carol comienza a tener alucinaciones y su mente se desquicia. (FILMAFFINITY)
5 de septiembre de 2007
202 de 217 usuarios han encontrado esta crítica útil
Por lo que yo pueda saber, Repulsión está más cerca de Cabeza Borradora que de ninguna otra película de terror convencional. Es una cinta repleta de texturas (las patatas echando raíces, el conejo pudriéndose en su fuente a la intemperie, la sangre resbalando viscosa por la oreja de la primera víctima), con estremecedores e inteligentísimos efectos de sonido (las campanadas del convento de clausura de al lado, los timbres del teléfono y de la puerta, el continuo goteo y el perturbador tic-tac de los relojes del apartamento) y una consistencia surrealista digna del mejor David Lynch (las grietas que aparecen por la casa, de las que surgen manos lujuriosas, repulsivas, manos de hombre; las repentinas violaciones imaginadas; el corazón en el bolso, etc.) Se trata al fin y al cabo de una obra maestra del cine de terror. El terror que siente una frágil jovencita hacia los hombres. Terror y la más visceral de las repulsiones. Y Polanski, como el maestro que es, se vale de todos los elementos anteriores, así como de la fotografía en blanco y negro, la escalofriante interpretación por parte de Catherine Deneuve, y unos movimientos de cámara próximos a Scorsese, para reflejar ese terror, esa subjetividad, repulsión al sexo y progresivo deterioro psicológico del personaje central. De hecho, la protagonista está completamente desquiciada, y el apartamento en el que se aísla voluntariamente tras la marcha de vacaciones de su hermana mayor con su novio se va convirtiendo poco a poco en la representación de su mente perturbada y torturada. Así, los acontecimientos que van sucediendo ante nosotros son cada vez más macabros, transmitiéndonos una malsana sensación rara vez igualada en la historia del cine. Las escenas de los dos asesinatos son excepcionales. Si Hitchcock es el maestro del suspense, Polanski no le va a la zaga en esta materia.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
El primer asesinato es tremendamente perturbador: aquel joven apuesto está completamente enamorado de la chica rubia, y se toma su silencio como un problema amoroso, pero nosotros sabemos que esa chica que permanece callada no está pensando precisamente en amor, reconciliación ni beso. Está conteniendo el vómito, está preparándose para matar a ese horrible ser que le repugna. Así se crea el suspense, haciendo que el espectador sepa algo que el personaje en pantalla desconoce por completo, haciéndonos intuír y esperar... pero no olvidemos que se trata de terror. Una pura y desagradable pesadilla subjetiva lograda magistralmente a golpe de lentos movimientos de cámara y extraños ángulos de visualización subjetiva. Podríamos decir que la historia es simple, y que como estudio psicológico es demasiado obvia, pero funciona a las mil maravillas como cinta de terror inteligente, como plasmación cinematográfica de lo que pudiera ser una pesadilla. Posee elementos tan geniales como el siniestro conejo sin guisar, que bien pudiera representar aquello que quedó sin hacerse por completo, sin cocinarse por culpa del novio de su hermana, y por tanto algo que se va a pudrir por culpa del hombre o por la ausencia de la mano de la mujer; la escena en la que ella vomita tras oler la camiseta interior de hombre que estaba tirada en el cuarto de baño; el paso inquieto de la joven por la zona donde están los obreros; la sensación de claustrofobia en su habitación mientras su hermana gime de placer en la de al lado; las continuas miradas al convento de monjas de debajo... además de oportunos y medidos sustos que no hacen más que ir aumentando la tensión hasta el éxtasis final. Y ese final, con el novio de su hermana llevándola en brazos y mirándola detenidamente con una lascivia que casi pudiera pasar desapercibida para el espectador poco atento... pues los hombres seguirán viéndola como un objeto sexual muy apetecible, y ella... bueno, ella, ya saben. Basta con observar su mirada de niña en la foto de familia con la que cierra Polanski.