"Alicia en el país de las maravillas" era llevada el cine por cuarta vez.

Esta vez tras entrevistar a miles de aspirantes para buscar a la perfecta Alicia, finalmente la elegida fue Charlotte Henry, con un resultado francamente positivo.

Es esta una obra rica, ambiciosa, con un gran guión, basado en la obra teatral de Eva Le Galliene y Florida Friebus, que aglutina personajes de las dos obras de Lewis Carroll "Alicia en el país de las maravillas" y "Alicia a través del espejo".

Los personajes secundarios aparecen brevemente, pero están tan bien caracterizados, al ver la película preferiblemente en VO para conservar su auténtica voz, sus inflexiones, y por tanto sus caracterizaciones que es como si el color no fuese necesario: el Conejo Blanco sobresale, seguido por el Sombrerero Loco o a la Liebre de Marzo, solo tienen en contra la tosquedad de sus disfraces, lo que alejó a parte del público.

No podemos mentir un gran vestario no posee esta película, y debería de haberlo tenido.

Los añadidos de la película arrancan desde el principio mismo, pero solamente han servido para que la película sea una narración más clásica, más juvenil incluso, dejando el paso a la película para un público que se debate entre esa época en que se deja la infancia atrás para entrar en una adolescencia más difícil.

Desgraciadamente Charlotte Henry se quedó encasillada en este personaje, no teniendo gran suerte con sus contrataciones. El desastre en taquilla de esta maravillosa película era algo que no se podía predecir, pero de haberlo hecho muchas cosas habrían cambiado.