La verdad es que enfrentarse a una película de Robert Redford ya basta para saber que no verás cualquier cosa. Y recalco "de" Robert Redford y no "con" Robert Redford, aunque en este caso se den ambas situaciones. Y ya viendo el reparto, apetece: Susan Sarandon, Shia LaBeouf, Stanley Tucci, Brit Marling...

Todo este equipo artístico nos trae una película de recuerdos. De recuerdos imborrables, de esos que jamás se desvanecen por mucho que pase el tiempo. Y de activismo. De activismo imborrable, de ese que jamás se desvanece... espera. Bueno, casi. La cinta es muy acorde a los tiempos que corren. Estos tiempos de revoluciones, de "spanish revolution", de primaveras árabes, de manifestaciones por todo el globo. Todo eso es muy bonito, pero tras 30 años desde el incidente que desencadena la historia de la película, parece que a los personajes (algunos) ya no les importe aquello por lo que luchaban. ¿El activismo es solo cosa de jóvenes? ¿Al final nos acabamos todos adaptando a los comportamientos que dicta la sociedad? ¿A qué edad se supone que pasamos a ser conformistas? ¿Es eso madurar?

Lo que está claro es que se trata de una película madura. Aunque le falta...no sé...algo.