Poder escribir una crítica de una maravilla del séptimo arte como la película que nos ocupa y que pueda ser leída por los usuarios y simpatizantes de Filmaffinity, es todo un lujo y un placer que no desaprovecharé.
Cadena perpetua es un intenso drama carcelario, pero también un maravilloso y lírico canto a la amistad entre dos hombres recluidos de por vida en una cárcel regida por un Alcaide corrupto, sádico y cruel y un capitán de celadores brutal que disfruta pegando y asesinado a los presos.
La acción se sitúa a caballo de los años 40 y 60 en una penitenciaria situada en Nueva Inglaterra. La recreación de la vida de los internos en la cárcel, la ambientación y la puesta en escena de aquel lugar donde conviven centenares de presos es magistral, parece tan real que el espectador se sumerge al lado de los dos protagonistas como un interno más.
Técnicamente la película es perfecta, tiene un guión sobresaliente, una dirección extraordinaria, unos intérpretes sublimes que nos dejan con la boca abierta de admiración y en mi modesta opinión, los 20 minutos finales de la cinta son antológicos, no se los pierdan.
spoiler:
La cinta tiene un grave y garrafal fallo técnico. La pared donde escarba su túnel Tim Robbins es la mediana con la celda del lado, por consiguiente nuestro protagonista saldría a la celda de su vecino.