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Voto de groucho desmond:
9
7.0
106
Musical
Secuela de "El fantasma de la ópera", ambientada 10 años después. El fantasma ha logrado escapar y marcha de París a Nueva York, donde vive entre las atracciones de feria y los fenómenos de circo de Coney Island. Por fin ha encontrado un lugar donde poder crear su música, pero añora el amor de Christine Daaé. En un intento de recuperarla, el Fantasma lanza un cebo para que Christine, su esposo Raoul y su hijo Gustave dejen Manhattan y ... [+]
20 de julio de 2016
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo más difícil ante una secuela es no comparar.
Si se compara con la magia, la espectacularidad, el terror y el ambiente oscuro de su predecesora, usted se va a decepcionar seguro.
Sin embargo, si busca melodrama del bueno, romanticismo, barroquismo, música magistral y un toque horterilla en el vestuario y la escenografía, le va a encantar.
A mí me gusta más el argumento de esta.
La otra tenía una buena trama pero escaso argumento. Aquí ocurre al revés. Aunque la trama es algo forzada los personajes son mucho menos planos.
Si se compara con la magia, la espectacularidad, el terror y el ambiente oscuro de su predecesora, usted se va a decepcionar seguro.
Sin embargo, si busca melodrama del bueno, romanticismo, barroquismo, música magistral y un toque horterilla en el vestuario y la escenografía, le va a encantar.
A mí me gusta más el argumento de esta.
La otra tenía una buena trama pero escaso argumento. Aquí ocurre al revés. Aunque la trama es algo forzada los personajes son mucho menos planos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Que el fantasma se ha acostado con Christine? Perfecto. Ya no es tan monstruoso, para bien y para mal. Se te cae el mito del monstruo solitario y marginado pero la ventaja es que al humanizarlo se vuelve más complejo e interesante.
Lo mismo ocurre con Christine y con Raoul. Ya no son la pareja perfecta. Ella le ha sido infiel y tiene un hijo bastardo. Él es un alcohólico y ludópata arruinado. Esto sentará como una patada en los mismísimos a los puristas enamorados de los tópicos romanticones de la primera parte.
Aquí Lloyd Webber parece hacer un corte de manga al engaño romántico. La realidad es mucho más turbia: infidelidades, celos, rencores, hijos de cuestionable procedencia... Es todo tan turbio que es mucho más interesante.
Lo mismo ocurre con Christine y con Raoul. Ya no son la pareja perfecta. Ella le ha sido infiel y tiene un hijo bastardo. Él es un alcohólico y ludópata arruinado. Esto sentará como una patada en los mismísimos a los puristas enamorados de los tópicos romanticones de la primera parte.
Aquí Lloyd Webber parece hacer un corte de manga al engaño romántico. La realidad es mucho más turbia: infidelidades, celos, rencores, hijos de cuestionable procedencia... Es todo tan turbio que es mucho más interesante.