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España España · Albacete
Voto de Juan Pablo:
6
Drama. Thriller La vida de Ted Kennedy y su carrera política se descarrilaron después de un fatal accidente automovilístico en 1969, en el que el coche que él conducía se precipitó desde un puente a un lago y en el que perdió la vida su joven secretaria de campaña, Mary Jo Kopechne. (FILMAFFINITY)
26 de septiembre de 2018
13 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
El irregular director John Curran, presenta el incidente que finalmente truncó las posibilidades presidenciales de Ted Kennedy, hermano de John y Robert Kennedy.
Viajando en coche junto a una de las secretarias de su fallecido hermano Robert (Mary Jo Kopechne), al que él intentaba contratar para lanzar su propia carrera presidencial, el coche en el que viajaban, saliéndose de un puente, se precipitó en un lago en el que la joven perdió la vida. La posterior reacción de Ted, abandonando la escena del accidente sin dar cumplido aviso a las autoridades, es el elemento central de una película que bien se podría resumir en dos frases que Ted y su principal asesor se intercambiaron nada más ocurrir los hechos:

- ¿Qué ha pasado Ted?
- No seré presidente Joey

En efecto, la tragedia de esta familia no debía cebarse de nuevo con uno de los suyos. Asesinados John y Robert, un leve incidente de tráfico, con sus efectos colaterales, no tenían por qué truncar las aspiraciones del, en ese momento, jefe del clan Kennedy. Además en el país de las demandas, de los pleitos, juicios, el país de los abogados por excelencia, esta vez los padres de la víctima asisten con resignación al triste destino de su hija, sin pretender sacar partido del ilustre ciudadano que le acompañaba en el accidente.
Los asesores pasan frente a la pantalla intentando minimizar los daños. América tenía una deuda con los Kennedy y las consideraciones éticas y morales podían quedar en claro segundo plano.
Curran mantiene el interés en todo el metraje, no me aburren las situaciones y no se muestra maniqueo a la hora de narrar las relaciones de poder, intereses, prebendas y connivencias varias entre personajes de tan altas responsabilidades.
Ted Kennedy, con el caso ya imparable y rodando cuesta abajo como una bola de nieve, impulsado ante una prensa libre que vio rápido el tirón del suceso, llega a plantearse su futuro en la política. Esas dudas son resueltas en el film con pragmatismo, ya saben que los ricos, y en el caso de la familia Kennedy más, también lloran. Pero menos
Juan Pablo
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