Después de llegar al estrellato con "Sólo en casa" (1990), Macaulay Culkin realiza la que fue hasta el 2003 y por la puerta de atrás, su última intervención en la gran pantalla. Le pasó lo que a otros niños prodigios que al llegar a la adolescencia se hundieron, no sé si por culpa de ellos, su entorno, las productoras o váyase a saber. El caso es que en "Niño Rico" es el protagonista de una comedia tan familiar como infantil en la que da vida al hijo de un multimillonario rico en dinero pero pobre en amistades. Bienintencionado pero como la cosa no daba para más, añadieron un villano con un terrible plan y algunos que otros inventos para distraer. Es simpática pero su sencillez la hace muy limitada.

De todos modos, la película en ocasiones concretas puede ser enojosa. Entiendo que es un simple argumento para distraer a los más pequeños sin dejar de inculcarles sanos principios pero el retrato tan favorable de estos padres es también propaganda para que miremos con buenos ojos a los más adinerados primero y al propio sistema en segundo lugar. ¿Un potentado capitalista que no maximiza beneficios? ¿Que no ha despedido a nadie en su vida? ¿Que no cierra una empresa, ni deslocaliza sino que quiere entregársela a los trabajadores? ¿Pero esto qué es? Me temo que son los Van Dido (John Larroquette) los que gobiernan la política y la economía. Como no si su lógica es la liberalcapitalista.