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Voto de Sandro Fiorito:
8
6.7
2,216
Drama
La hija de un hombre que vive en un pueblo del Midwest desaparece durante un viaje con su instituto a California. Un detective encuentra una pista que lo lleva al mundillo de las películas porno. A continuación, el padre viajará al lugar para recuperar a la joven. (FILMAFFINITY)
11 de mayo de 2010
31 de 33 usuarios han encontrado esta crítica útil
Siguiendo la estela de mi idolatrado actor George C. Scott, encontré esta película de Paul Schrader (Aflicción, 1998) que navega entre la oscuridad de la noche durante finales de los años 70, en un mar de clubes de prostitución y películas porno de la clasificación hardcore. Hasta ese lúgubre mundo llega precisamente Jake VanDorn (Scott), un afable a la par que imponente empresario de la madera que ve cambiar por completo el rumbo de su vida al desaparecer su hija durante una excursión con el instituto.
Desde entonces, su única prioridad sobre todas las cosas será la de encontrarla, recurriendo así junto a su cuñado a los servicios de Andy Mast (Peter Boyle), un reputado detective que no tardará en hallar indicios sobre la ubicación de la joven. Pero Jake VanDorn no se da por satisfecho con el trabajo del detective y decide involucrarse personalmente en la trama accediendo hasta las mismísimas entrañas del sector de las películas pornográficas en el que al parecer se encuentra su hija. Para poder pasar desapercibido entre un mundillo tan pícaro e inseguro, se verá obligado a cambiar su propio atuendo al ser confundido constantemente con un policía por los serios trajes con los que va tocado. Pero poco a poco, irá comprobando que sus ropas no es lo único que sufrirán una transformación, viendo crecer su ira a medida que se van sucediendo los acontecimientos.
La película es un notable entretenimiento que puede recordar al desarrollo de otras cintas que contienen o se centran en la prostitución y lo que engloba este aspecto, mientras el urbanismo nocturno es uno de los principales protagonistas, como pasó en Taxi Driver (1976). El trabajo de George C. Scott no hace más que afianzar la excelente opinión que un servidor tiene sobre el mismo, no habiendo logrado contemplar uno solo de sus papeles en los que reduzca la calidad que a través de sus gestos, formas y su agresiva voz se expresa. El resto del plantel realiza unas correctas interpretaciones que se ven apoyadas en la nada despreciable aparición de un buen Peter Boyle, con un personaje lleno de ironía y cargado de indiferencia.
(Sigue en el SPOILER sin desvelar detalles del argumento, por falta de espacio)
Desde entonces, su única prioridad sobre todas las cosas será la de encontrarla, recurriendo así junto a su cuñado a los servicios de Andy Mast (Peter Boyle), un reputado detective que no tardará en hallar indicios sobre la ubicación de la joven. Pero Jake VanDorn no se da por satisfecho con el trabajo del detective y decide involucrarse personalmente en la trama accediendo hasta las mismísimas entrañas del sector de las películas pornográficas en el que al parecer se encuentra su hija. Para poder pasar desapercibido entre un mundillo tan pícaro e inseguro, se verá obligado a cambiar su propio atuendo al ser confundido constantemente con un policía por los serios trajes con los que va tocado. Pero poco a poco, irá comprobando que sus ropas no es lo único que sufrirán una transformación, viendo crecer su ira a medida que se van sucediendo los acontecimientos.
La película es un notable entretenimiento que puede recordar al desarrollo de otras cintas que contienen o se centran en la prostitución y lo que engloba este aspecto, mientras el urbanismo nocturno es uno de los principales protagonistas, como pasó en Taxi Driver (1976). El trabajo de George C. Scott no hace más que afianzar la excelente opinión que un servidor tiene sobre el mismo, no habiendo logrado contemplar uno solo de sus papeles en los que reduzca la calidad que a través de sus gestos, formas y su agresiva voz se expresa. El resto del plantel realiza unas correctas interpretaciones que se ven apoyadas en la nada despreciable aparición de un buen Peter Boyle, con un personaje lleno de ironía y cargado de indiferencia.
(Sigue en el SPOILER sin desvelar detalles del argumento, por falta de espacio)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Es de agradecer la ambientación callejera y cercana de la película, a caballo entre los escenarios reales de Gran Rapids y Walker en Michigan; Burbank, San Diego y San Francisco en California y, dentro de este último estado y dentro de la ciudad de Los Ángeles, Century City y Hollywood. Sus calles, con una aparente poca presencia policial, destilan imágenes cargadas de personajes opacos y desconfiados. Es latente el trabajo de la dirección en todas estas cuestiones, engrandeciendo la película desde escenas rebosantes de realismo y utilizando a un personaje que no pretende ser un héroe, sino sólo un padre que quiere encontrar a su hija sin renunciar a las limitaciones que su religión, la calvinista, -al parecer, compartida por Schrader- le impone, a pesar de que tenga que vivir todo tipo de experiencias desagradables. En cierto modo, la actitud del protagonista también puede recordar, aunque en mucha menor medida, a la vivida muchos años después por Antonio Delgado (Juan Diego) en Padre coraje (2002).
La música parte desde los compases de Jack Nitzsche, autor de bandas sonoras tan flamantes como la de El exorcista (1973) o Alguien voló sobre el nido del cuco (1975). Los temas de su score en esta película escoltan con acierto al argumento, intercalando unas melodías extrañas que buscan despertar tensión en el espectador.
La música parte desde los compases de Jack Nitzsche, autor de bandas sonoras tan flamantes como la de El exorcista (1973) o Alguien voló sobre el nido del cuco (1975). Los temas de su score en esta película escoltan con acierto al argumento, intercalando unas melodías extrañas que buscan despertar tensión en el espectador.