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España España · málaga
Voto de nachete:
5
Intriga. Thriller El cuerpo de Viktor Strandgård, el predicador más famoso de Suecia, yace mutilado en una remota iglesia en Kiruna, una ciudad del norte sumergida en la eterna noche polar. La hermana de la víctima ha encontrado el cadáver, y la sombra de la sospecha se cierne sobre ella. Desesperada, pide ayuda a su amiga de adolescencia, la abogada de éxito Rebecka Martinsson, que actualmente vive soltera en Estocolmo y que regresa a su ciudad natal ... [+]
23 de junio de 2010
12 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
El éxito literario de Stieg Larsson con la discreta saga Millennium reactivó el interés cinematográfico por las intrigas policiacas más o menos noir, con una diferencia significativa: ahora el foco de atención ya no recaía en EE.UU. o Francia (principales cultivadores del género), sino en la Europa nórdica y pulcra, lo que permitía desarrollar interesantes lecturas críticas sobre la doble moral que exhibe toda sociedad aparentemente perfecta, obligada a esconder sus miserias para preservar intacta una superficie que esconde puro veneno, y poder percibir al viejo continente como una construcción colectiva consumida, en sus entrañas, por viejos demonios que no terminan nunca de desaparecer: el nazismo, la homofobia, la violencia de género, el fundamentalismo religioso...

Aurora boreal llega a nosotros tras el boom de Lisbeth Salander, pese a ser cronológicamente anterior, y compartiendo con ella varios puntos de contacto: más allá de la conexión sentimental (la obra nace de la pluma de la viuda de Larsson), la película también se centra en la investigación de una pequeña comunidad regida por secretos que la protagonista (Scorupco) deberá ir descubriendo paulatinamente, secretos que terminan revelando la fragilidad de una sociedad sueca incapaz de gestionar con un mínimo de ética las perversiones humanas que se desarrollan en su propio seno.

Pero hay algo que falla: la batuta del director. Se agradece ver recuperada a la bella Izabella Scorupco (a la que no disfrutaba desde la infame El exorcista: el comienzo) y hay que reconocer que el escenario que sirve de marco a la película (ese nevado, hermético y religioso pueblecito sueco) tiene su miga, pero la roma realización y su evidente trazo televisivo merman muchísimo la eficacia de una película que se siente plana y vulgar, sin capacidad para generar inquietud en el espectador o alcanzar picos de tensión que apenas asoman un poco el hocico en el desenlace, cumplidor y nada más.

En lugar de apostar por la creatividad y la inteligencia, Lindblom decide deconstruir tramposamente un instante clave (el asesinato del líder religioso) a través de flashbacks feúchos que arrojan luz progresivamente al misterio que nutre la película, dejando que la protagonista encaje las piezas de forma un poco fortuita y caprichosa, como la propia narrativa de la película, que hace avanzar la acción sin demasiada fluidez. Tampoco ayuda el desdibujado perfil de algunos personajes secundarios (los padres) ni la falta de carisma del conjunto.

Se como sea, es una película que se deja ver y que agradará a los aficionados al policiaco europeo (tipo Millennium o Wallander) y a quien quiera husmear en la mezquindad de una nación cuya reputación universal siempre ha sido intachable. Como suele ser norma, el cine negro vuelve ser esa perfecta herramienta con la que poder diseccionar la realidad que nos rodea.

Lo mejor: el tercio final, ganando en intensidad.
Lo peor: su escasa ambición estética.
nachete
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