Se nota que el guionista es el escritor de la novela original, esta muy logrado el ambiente cutre y caótico de una comisaría norteamericana de los setenta, con policías y delincuentes de verdad y no de cartón piedra. Algunos toques de humor, como ver a Burt Reynolds con bigote y disfrazado de monja o a un Jack Weston intentando jugar decentemente al billar, Tom Skerrit de ligón guaperas y la impresionante Raquel Welch intentando que la tomen en serio sus compañeros policías, Yul Brynner da el contrapunto como un astuto y sofisticado criminal y no nos olvidemos de la estrafalaria y irritante pareja de pintores, dan ganas de estrangularlos.