(No quiero escribir esta crítica, porque temo fracasar rotundamente al redactarla; pero haré un intento vil, como quien intenta declarar una línea ante la inminencia de su muerte.)
The Brief Encounter marca, pero es una marca que muerde, y muerde fuerte. Te cambia la vida. Rachmaninov y su concierto nº2 son complices, te levantan para dejarte caer en una caída indefinida. Cella Johnson y Trevor Howard te envuelven en su magia, te enamoras de ellos, te ríes de sus chistes, te lamentas por su amor. Sientes pena por la situación pero la entiendes, por irracional que parezca comprendes el azar y seguido te acuerdas, por momentos, de lo mágico que es el cine y comprendes por fin por qué la gente suele decirlo de la misma manera con la que se dice un mal presagio. David Lean te retrata la gran fórmula del amor, y te hace recordarla para siempre, a la par que recuerdas a la mujer que te dejó y que tú amabas.
El breve encuentro es el amor, es David Lean, es Alec y Laura, es Ilsa y Rick, es John Keats, es Robert Krasker, es Rachmaninov, es toda la belleza, y a la vez todo el cine.
spoiler:
- Me quiero morir.
- Si tú murieras, me olvidarías. Y yo quiero que me recuerdes.