Alocada comedia de acción con un argumento similar a los de cualquier capítulo de El equipo A, escrita y dirigida por el impredecible George Armitage. Un tipo de escasa filmografía cuyo éxito más sonado es la hoy olvidada Miami Blues con Alec Baldwin.

Cuenta la historia de un pueblo de rednecks (granjeros blancos pobres de cuello rojo por el sol) que descubren petróleo en sus tierras por lo que enseguida empieza a correr el dinero atrayendo a toda clase de gente, de la buena y de la mala. Ante el aumento de la violencia deciden contratar a un grupo de pistoleros mercenarios que pronto impondrán su ley eliminado a la chusma y haciéndose los dueños del cotarro. Cuando su abuso de poder traspasa todas las lineas rojas, los lugareños tendrán que enfrentarse a ellos.

Es imposible tomársela en serio ante tanta pelea, disparos y explosiones que se suceden a ritmo de vértigo acompañadas de esa característica música vaquera en un pueblo sin ley en el que el más fuerte es el que manda. Parece más bien el típico territorio del salvaje oeste pero la trama transcurre en la actualidad a mediados de los setenta.