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España España · Barcelona
Voto de Eduardo:
3
Bélico. Drama Una historia de como la Segunda Guerra Mundial afectó las vidas de unas familias, una alemana y americana la otra, ambas tenían hijos y padres que luchaban en la guerra. (FILMAFFINITY)
29 de octubre de 2014
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mientras el spaghetti western agonizaba, presa de charlotadas cada vez más insultantes y ramplonas, el cine italiano se lanzó, con la alegría propia de un elefante rabioso en el Gran Bazar de Estambul, a rodar todo tipo de producciones de género que bebían de grandes clásicos de Hollywood, entre ellas las hazañas bélicas. Con unos presupuestos que, naturalmente, rayaban lo ridículo. La fórmula elegida fue fichar estrellas y/o secundarios estadounidenses y británicos en decadencia, y mezclarlos con astros europeos cuya carrera empezaba a declinar. Los jóvenes leones es un ejemplo inmejorable de lo dicho. Dirigida por Umberto Lenzi, "autor" de 65 filmes y que toqueteó con saña todos los géneros, la historia intenta narrar la batalla que enfrentó en el desierto de Túnez a aliados y alemanes en 1943. Para ello cuenta con Henry Fonda (patético), John Huston (un caradura que aceptaba todo tipo de papeles para poder mantener su tiovivo de amantes), Samantha Eggar (una ruina física y artística) y Stacy Keach (ducho en estas lides). Por la parte europea destacan, es un decir, Helmut Berger, desorientado tras la muerte de su amante y mentor Luchino Visconti, Giuliano Gemma, que exhibe demasiados dientes para ser creíble, y Edwige Fenech, que para desesperación de sus fans no enseña nada y hace más bien el ridículo. Como no había pasta, hay stock shots por un tubo, fragmentos de otras películas del mismo productor, y miniaturas que harían enrojecer a un niño. Todo ello servido en un guión saltarín y confuso con grietas escalofriantes. Franco Micalizzi atormenta las escenas con una música inenarrable, mientras la cinta se hunde irremediablemente en un aburrimiento soporífero, cuando todo lo que uno deseaba al grabar este engendro era poder reír a carcajada limpia. Lástima de talento desaprovechado. Ah, el narrador en la versión original (hablada en inglés) es Orson Welles. Otro que tal.
Eduardo
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