A caballo entre la comedia tosca y el spaghetti western de tema mexicano, esta película se pierde en las patochadas de Gassman y Villaggio, si bien remonta en el tercio final, cuando decide tomarse un poco más en serio un período de la historia de México sembrado de dudas y claroscuros. En realidad, la grabé picado por la curiosidad de saber por qué demonios Gassman se había enrolado en un SW (aparte de embolsarse unas cuantas liras, por supuesto). Pues bien, sigo sin saberlo, aparte de que debió encariñarse con el papel del cómico de la legua que, sin quererlo ni beberlo, se ve envuelto en las intrigas de un país extranjero, cuando lo único que quiere es sobrevivir y volver a Italia. Villaggio está insufrible, y todo el asunto de los bebés da ganas de apagar la pantalla y marcharte a tomar el fresco. No es lo mejor de Corbucci, desde luego. Reservada a fans de Vittorio Gassman.