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España España · Madrid
Voto de Charles:
6
Acción. Drama Basada en la experiencia vivida por el joven británico Billy Moore, que sobrevivió a una dura experiencia en una cárcel en Tailandia convirtiéndose dentro en boxeador en la versión de artes marciales Muay Thai -boxeo tailandés-. (FILMAFFINITY)
18 de agosto de 2018
14 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Honestamente, filmar cámara en mano, bien pegadito a un protagonista que le pasan mil putadas, me parece la vía fácil.
Porque sí, el cine es sobre todo imagen y mejor prescindir de la palabra, pero también es herencia, legado y novedad, no filmar una dramatización con el baremo de calidad "vídeo de comunión".

'Una Oración antes del Amanecer' tiene bases muy potentes, aunque da la impresión de creerse más buena de lo que es.
Y es verdad que eso le da pies durante un buen rato, pero también que solo verdaderos narradores pueden sostener dos horas de gruñidos tailandeses en plan documental: no, no me "resulta incómodo quedarme con ella durante dos horas" como dice alguna crítica profesional, se me hace más bien tedioso porque la identificación emocional es nula sin contraste para la brutalidad.
Afortunadamente, algo sucede pasada la (larga) presentación.

Billy Moore va a parar a prisión por ser un camello, y lo más terrorífico no es la estancia, sino el maremágnum de voces y gritos en tailandés diciendo cosas que no entiende.
La intrusión no se queda en lo auditivo, sino también en lo visual: ahí abajo, entre hombres morenos de elaborados tatuajes, su piel pálida y británica reluce como un faro, sacando a la luz racismos latentes de alguna venganza hacia el hombre blanco.
Es el lado desfavorable de la justicia, metido dentro del cajón del anonimato, metido dentro de la más pura mierda de entorno que le rodea.

Encima de todo eso, está el mono. La urgencia de meterse otro chute, en un lugar en el que te juegas la vida solo por tener algo.
La caída es larga y sobre todo penosa, reforzada en autoengaños, estallidos de violencia y la clase de furia que tiene un perro enjaulado, echándose atrás hasta que solo puede contraatacar con uñas y dientes.
Pero todo infierno tiene una norma, escrita desde tiempos antiguos: si estás lejos de la salida, fuérzate a salir por el otro lado.

De vez en cuando, asoma el cambio en Billy, a través de un autocontrol que solo puede mantener luchando.
Y, entre la emoción cruda de puñetazo y puñetazo, aparecen detalles blandos como los senos de una prostituta, redimiendo a la bestia que queda en el boxeador.
"A veces, durante los combates, puedes ver a tu familia en el público": son las cosas sencillas las que cuentan cuando estás ascendiendo la montaña más alta.

Hay un momento, al final, en el que toda la aglomeración de caos luchador y tailandés encuentra la catarsis más apropiada, una que no es fácil ni grandiosa.
Así suelen ser los momentos que merecen de verdad la pena.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Charles
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