19 de julio de 2012
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
De entre Orwell y Huxley aparecen trazos de animada realidad. La oscuridad se hace presente en todo el relato debido a la creación de un personaje suficientemente turbio. Enfrascado en una global política de privación, Fred es un agente que lucha por descubrir una verdad: "quién es él". Sin embargo, tras su traje no identificable, se esconde alguien sin identificar, un ser que vaga entre la locura y la tenebrosa duda de lo trascendente.
Los personajes están agudamente perfilados y dan lugar a las dudas, algo muy logrado. Y es por ello que el interés crezca según pasan los escasos minutos de una cinta que se repite en escenas pero que no adolece por ello. Todo es un compendio de introducción a la locura mezclada con el verdadero tema del guión: "Un gobierno totalitario que, en pos de acabar con el consumo de una sustancia, presiona y oprime a una sociedad saturada y adormecida en su incapacidad".
Sin ser sorpresiva, es un retrato de la talla de 1984 o Un mundo feliz, que trata de un futuro muy cercano y demasiado parecido a nuestro presente. La moralina y el final poco tienen que decirle al minucioso trabajo que consigue meternos de lleno en una locura generalizada, y para ello, la imagen rotoscopiada resulta imprescindible.
Verdaderamente interesante aunque poco recordable.
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?