Saben amigos, hubo un tiempo no hace mucho ha. En el que en la televisión, echaban por las tardes a eso de las 5 unas películas llamadas telefilmes.
Los telefilmes, eran películas con un presupuesto muy bajo, un guión malo, un apartado técnico mediocre, y una dirección y actuaciones deplorables.
Nadie se tomaba en serio los telefilmes. Eran básicamente eso, todos los sabíamos, y ninguno nos lo tomábamos en serio.
Casi siempre eran todos iguales y parecían sacados en una cadena de montaje, pero ninguno nos los tomábamos en serio.
A veces un telefilme tenía suerte, y si era decente lo sacaban en dvd e iba a la más apartada esquina del videoclub. No importaban, no nos lo tomábamos en serio.
Los telefilmes eran útiles cuando un niño se tenía que quedar aburrido en casa de la abuela, o cuando una ama de casa no tenía qué hacer ese día.
Y nadie repito nadie, esperaba con ansias un telefilme ni se anunciaba a bombo y platillo. Y esos tiempos, llegaron a su fin.
Una cadena llamada Disney Chanel, produjo un telefilme por su propia cuenta lo cual les pareció loable. El telefilme de marras se llamaba High School Musical. Los productores sabían que la cosa no era buena, no daría dinero en taquillas si la estrenaban en cine, porque sabían que el público no pondría pasta en ir a ver un burdo telefilme al cine.
Decidieron estrenarlo en la tv, como todo telefilme mediocre que se precie. A alguien se le ocurrió una brillante idea: Crearían toda una legión de fans, incluso antes de su estreno.
Y eso hicieron, anunciaron su burdo telefilme a bombo y platillo, lo vendían como algo súper mega cool y enrollado, diferente y fresco. Y si no te gustaba no estabas en la onda.
Y así crearon mucho antes de su estreno, un destacamento de fervientes seguidores que se dejaron convencer por la aplastante publicidad.
Y los productores de disney chanel no se podían creer la suerte que estaban teniendo cuando su telefilme arrasó. Y descubrieron la fórmula.
El éxito, el dinero y su triunfo se basaba en una simple cosa: bollycaos adolescentes cantando y publicidad a mansalva mucho antes de su estreno.

Ahora disney conoce la fórmula, exprimirá su gallina de los huevos de oro hasta que otra cosa impere. Ya no necesita seguir haciendo películas de animación, demasiado costoso, seguirán sacando una al año hecha por pixar, mientras ellos seguirían produciendo su basura barata, y gastarán millones en publicitarla.


Siya sé que es lo mismito que dije en mi crítica de camp rock, ahhhh pero como sus pelis son las mismas con el título cambiado, pues yo hago lo mismo.


Sigue en el spolier o muere en la ignorancia.