Inclasificable película de animación para adultos que mezcla varios géneros: peplum, ciencia ficción, fantasía, aventuras y erótico. Es la segunda de una trilogía ideada por el animador Osamu Tezuca (el llamado "dios del manga" por haber popularizado y expandido este género) y dirigida por Eiichi Yamamoto, director y guionista de anime, y desarrollada con su productora Mushi Productions: Animerama, que comenzó con "Las mil y una noches"(Senya Ichiya Monogatari, 1969), continuó con "Cleopatra: Queen of sex" (Kureopatora, 1970), y terminó con "Belladonna" (Kanashimi no Beradonna,1973). Se trata de una trilogía de películas sin aparente conexión entre ellas más allá de que todas tienen el mismo tono adulto y formato cinematográfico y de que adaptan obras literarias y cinematográficas famosas de Occidente ("La mil y una noches", "Cleopatra" y "Juana de Arco"), y es que no hay que olvidar que Tezuka siempre ha estado muy influenciado por Occidente, tanto en muchas de sus historias como en su estilo artístico cercano al universo Walt Disney.

"Cleopatra: Queen of sex" es la primera película de animación que aparece clasificada X, en unos tiempos donde el hentai aún era una fantasía erótica para los más frikis de la época. Vista desde una perspectiva actual, sus desnudos y erotismo resultan bastante inocentes y creativos, y sorprende que la censura le negara su comercialización en cines, para lo cual estaba concebida en principio.
La película narra la historia de Cleopatra sin pretender ser fiel ni a los hechos históricos ni tampoco a anteriores obras cinematográficas occidentales. Por lo tanto, la película explica de un modo distorsionado y en clave erótica la relación de Cleopatra con Julio César, y su amor por Marco Antonio, intercalando elementos fantásticos (empieza con tres personajes viajando desde el futuro hasta el Antiguo Egipto), numerosos desnudos y algunos personajes secundarios poco acertados.

Vista hoy en día resulta una rareza inclasificable que tiene como mayor interés su alto contenido erótico para la época, su ritmo alegre y su banda sonora y el hecho de oír hablar en japonés a personajes como Julio César, Cleopatra, Marco Antonio y Octavio; y como mayor inconveniente esa mezcla de géneros que no consigue el tono más adecuado para la historia.