Más que por sus virtudes propiamente cinematográficas -que son limitadas-, "Trade Winds" ha pasado a la historia del cine por ser la película que convirtió a la hasta entonces dulce e ingenua rubia Joan Bennet en una tentadora morena. Por razones argumentales el personaje de Bennett se tiñe el cabello, y la nueva apariencia tuvo tanto éxito que la actriz conservó el pelo oscuro durante el resto de su carrera. Gracias a su nuevo look, Bennett pasó a interpretar en el cine negro femme fatales en algunas películas memorables de los años 40.

"Trade Winds" resulta una mezcla de géneros, entre el drama criminal, la comedia, el romance y el thriller siendo, en esta combinación, donde radica su principal problema ya que casi nunca consigue encontrar el tono adecuado para contar una historia interesante de partida.
Otro inconveniente del film es el excesivo uso que hace el director de las imágenes reales de fondo. Al parecer Tay Garnett y el director de fotografía James B. Shackelford filmaron gran parte del metraje del Lejano Oriente durante un viaje en yate en 1937. El uso abusivo de este material le da un tono irreal a la película aunque resulte curioso.

El reparto está a un gran nivel encabezado por la rubia-morena Joan Bennet y el siempre eficaz Fredric March, bien secundados por Ann Sothern y un divertido Ralph Bellamy. La intervención del gran Thomas Mitchell es meramente testimonial ya que se reduce a un par de escenas,