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España España · Córdoba
Voto de i42poloj:
3
Drama Después de sufrir una tragedia familiar, Mack Phillips (Sam Worthington) cae en una profunda depresión que le lleva a cuestionar todas sus creencias. Sumido en una crisis de fe, recibe una enigmática carta donde un misterioso personaje le cita en una cabaña abandonada en lo más profundo de los bosques de Oregón. A pesar de sus dudas, Mack viaja a la cabaña, donde se encontrará con alguien inesperado. Este encuentro conducirá a Mack a ... [+]
20 de febrero de 2018
60 de 97 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como decían "Martes y 13": ¡Ay, qué bonito y qué hermoso! Una acampada por el campo, con bellos paisajes y mucha felicidad familiar caramelizada a la americana. Pero, de buenas a primeras, todo da un vuelco, bueno una barca en realidad, y ahora tenemos que soportar a Sam Worthington durante dos eternas horas haciendo un papel que le viene grande.
Pero esto, ¿es un drama de los palos que te da la vida? ¿es un "psico-thriller"? ¿es un rollo independiente? ¡No, es peor! Es una patochada religiosa insoportable cuyo nivel de aburrimiento es superior al que se puede experimentar planchando la ropa sin escuchar música o haciendo bicicleta estática sin ver la televisión.
Para empezar, tenemos a Sam, un actor que ha tenido la extraordinaria suerte de estar en "Avatar" pero que no es un buen intérprete. Y aquí tiene que hacer de sufrido padre en un viaje interior de descubrimiento personal. ¡Casi nada! Y claro, no hay quien se lo crea.
Radha Mitchell le da cien vueltas, pero sale tan poco que da completamente igual.
En fin, entre "flashbacks" y escenas silenciosas nos vamos enterando de lo que pasó.
Pero la película es como una enfermedad chunga: cuando da la cara y te enteras de lo que va en realidad y de lo mala que es, ya es tarde y lleva más de la mitad. Así que a uno se le queda la sensación de que nos han tomado por tontos, esperando ver lo que iba a pasar y encontrarnos al final con una cabaña en la que hay tres estúpidos tipos que no hacen más que rajar, y no me refiero a cortar con un cuchillo en plan "Viernes 13" (eso sería divertido), sino a adormecernos con cháchara pretenciosa.
La parte religiosa, que es el meollo de este engendro, les ha quedado tremendamente ridícula.
Es difícil conectar con una historia en la que Sam Worthington camina y corre por las aguas como si fuera "Sonic" el erizo en modo "superguerrero". Es difícil entretenerse con un guion en el que lo único que hacen es hablar despacio. Los diálogos pretenden ser filosóficos y pretenciosos, y en realidad son insulsos y tediosos, dignos de galleta de la fortuna. ¿Por qué el protagonista y sus "amigos" solo se miran el ombligo con el problema personal del tío este? A mí se me ocurren millones de preguntas que podría hacerles, pero Sam es más egoísta que Donald Trump y cree que el universo solo gira a su alrededor.
Además, es ñoña no, lo siguiente. Me ha parecido una tomadura de pelo impresionante, aburrida hasta la extenuación, con unas ínfulas de profundidad trascendental que, al no tener suspensión de incredulidad ninguna, termina siendo de auténtica vergüenza ajena. Ha sido un auténtico desafío no dejar de verla a medias y aún más difícil no quedarme dormido. No es una cabaña, ¡es una castaña!
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
i42poloj
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