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Voto de Argoderse:
9
Drama Bruno y Malik son dos amigos que durante veinte años han vivido en un mundo diferente: el de los niños y adolescentes autistas. A cargo de dos organizaciones sin ánimo de lucro, forman a jóvenes para que sean cuidadores de casos extremos. De esta forma crean una asociación excepcional, fuera de los entornos tradicionales, para unas personas extraordinarias.
24 de febrero de 2020
19 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nakache y Toledano saben cómo emocionar y elaborar un relato de ficción sobre hechos reales. Bien es verdad que la película es por momentos pausada, el ritmo se ralentiza. Pero es de esas ocasiones en que lo realmente importante es la construcción de los personajes y su historia. Héroes de carne y hueso que dan una vida a personas apartadas de la masa. Excluidas por la sociedad. Ya sea por el autismo o su condición social -los educadores en este caso-.

Y aquí la pareja que componen Vincent Cassel y Reda Kateb está perfecta. Dos interpretaciones descomunales. Una especie de Don Quijote y Sancho Panza a la francesa, con un ideal y vocación de servicio a los más desfavorecidos. A los débiles y sin embargo especiales chavales que acogen bajo su tutela.

La narración dramática rebosa humanidad. Hay tensión, además. Sobre todo, desconociendo la historia, por el futuro de la asociación. Aquí, tanto Olivier Nakache como Eric Toledano consiguen ligar bien el trabajo de Bruno y Malik, con sus creencias religiosas y políticas. Como el propio Toledano reconocía en una entrevista facilitada por la distribuidora A Contracorriente Films: "Dentro de esas asociaciones, la religión y la política identitaria se diluyen a favor de lo humano".

Ese es otro de los triunfos de esta nueva muestra de calidad del cine francés. Elaborar una película llena de emoción y sentimiento. Con un trasfondo político, social y religioso -y una crítica a los servicios sociales, la burocracia y la psicosis por los títulos académicos-, pero sin caer en el melodrama, ni la autocompasión. Es decir, no victimizan a los protagonistas, sino que los empoderan, los dan voz y los hacen aún más fuertes de lo que son.

Y todo lo anterior lo hacen los cineastas galos gracias al halo de humor que posa sobre toda la historia. Secuencias con comedia muy sutil aprovechando, entre otras cosas, algunos de los rasgos de las personas con autismo. Como por ejemplo su lenguaje literal frente a las bromas, los chistes, los dobles sentidos o las metáforas.

En esa vis cómica, Vincent Cassel luce más todavía gracias a las cuitas románticas de su personaje. Creándose situaciones embarazosas, tanto dentro como fuera del trabajo, que entre todo el drama levantan una sonrisas. Esas escenas son un soplo de aire fresco al conjunto de la historia. Y entre medias París. No la bohemia, sino la de carne y hueso; la gris y verde a la vez. Una París de distintas tonalidades, como sus ciudadanos. Una metrópoli donde todos los días pasan cosas y sus justos alzan la voz frente al olvido.

Con lo cual, quitando su parte lenta y a veces excesivamente reposada hacia la mitad del filme, Especiales es un todo que funciona. No llega tarde a los momentos donde se pide tensión, emoción o diversión. Llega cuando debe. A la hora justa. Como justo es reconocer a este nuevo trabajo del cine francés como uno de los estrenos del año. Y a todas las personas que dan su vida por los demás sin ninguna contraprestación; solo por bondad y humanidad.

Más datos sobre esta y otras películas en www.argoderse.com
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Argoderse
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