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España España · Madrid
Voto de Naran:
7
Comedia El excéntrico multimillonario Lionel Twain invita a cenar a su castillo a los cinco detectives más importantes de la historia: el chino Sidney Wang, el neoyorquino Dick Charleston, la inglesa Jessica Marbles, el belga Milo Perrier y el norteamericano Sam Diamond, que llega acompañado de su rubia secretaria. Después de ser recibidos por un mayordomo ciego (Alec Guiness), Twain les explica durante la cena el motivo de la reunión: a ... [+]
28 de diciembre de 2007
90 de 95 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los títulos de crédito son la perfecta presentación de los personajes, "in diabolical order":

-Eileen Brennan (El golpe) es la secretaria amante americana de Sam Diamond, desgraciada y... polifacética.
-Truman Capote, en su curiosa intrusión como actor, es el engordado y excéntrico anfitrión Lionel Twain.
-Un poco conocido James Coco es un desternillante Perrier-Poirot. (¡No soy un franchute!, ¡Soy belchute!)
-Peter "Colombo" Falk, protagonista de los diálogos y situaciones más inverosímiles y divertidísimas, es Sam Diamond, perfecta simbiosis entre Sam Spade y Philip Marlowe.
-Sir Alec Guinness es el impagable mayordomo, cuyo James Señor Benson Señora merece un monumento.
-La estupenda comediante Elsa Lanchester es una regordeta Jessica Marple.
-El elegante David Niven es Dick Charleston, desteñida pero elegante versión de Nick Charles.
-Peter Seller y sus excesos son perfectos para emular a Charles Chan, digo a Sidney Wang, el de Fu Manchú.
-La Grand Dame Maggie Smith es Dora (Nora) Charleston, esposa de Dick (Nick).
-Nancy Walker es la cocinera sordomuda. No necesita más presentación.
-Estelle Winwood es la enfermera retirada de Miss Marble. Sus comentarios son desternillantemente agudos.
-El debutante James Cromwell es el larguirucho asistente de Perrier, y Richard Narita, el hijo postizo de Sidney Wang.

Un cadáver a los postres (1976) es una perfecta inocentada. Una mezcla entre comedia de misterio, parodia de los libros y películas de detectives e interesante whodunit, en el fondo es un divertidísimo disparate de marcado tono teatral, lo que no ensombrece las cualidades de la película. Neil Simon escribe una divertida obra, el director Robert Moore pone su oficio y un grupo de enormes comediantes se dispone a interpretarla. Escritor y director realizarán más tarde Un detective barato (1978), con Peter Falk como única estrella, pero ya no será lo mismo.
Llena de detalles ingeniosos, Un cadáver a los postres es una obra que, aunque ciertamente envejecida -es muy muy setentera-, gana con cada visionado. Todos los estereotipos y tópicos del género detectivesco se multiplican por tres y dándoles las vueltas de tuerca más imaginativas posibles: los alter ego de los protagonistas reflejan vidas frívolas, adulterios escondidos, homosexualidad encubierta con la pose de tipo duro, soledad, excentricidad, deseos reprimidos, tacañería... El vestuario de Ann Roth y la recordada música de Dave Grusin completan el efecto, y el complicado final pone el broche de oro a esta maravillosa inocentada. Las risas están aseguradas.
Naran
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